jueves, 20 de septiembre de 2012

Relación de un bisexual con una lesbiana

Como les he comentado en algunos de mis relatos, siempre he sido curioso por todo lo relacionado al sexo, por lo que siempre que puedo me meto a páginas eróticas.

Mi relato es de hace unos 6 años atrás, en los que visitando la página web del marqueze, me encontré con una sección de fotos de gente de El Salvador que buscaba todo tipo de relaciones, desde relaciones heterosexuales, simple amistad, hasta relaciones entre hombres y mujeres. Fue así como me encontré con Xenia (nombre ficticio), una chica de 28 años que tenía interés en relaciones con hombres y con mujeres. Las pocas fotos que había subido, dejaban ver a una mujer interesante e inmediatamente me llamó la atención, sobre todo por sus aficiones y la curiosidad que siempre quise saber cómo se comportaba una chica lesbiana.

Mi curiosidad me llevó a contactarla, pues ahí estaba su correo electrónico. Casi de inmediato me mandó su respuesta y me gustó que se veía bien espontanea y abierta. De hecho ambos nos simpatizamos y a la vuelta de 3 correos nos estábamos diciendo claramente lo que éramos, uno bisexual pasivo y la otra lesbiana.

En lo personal me fascina tener fotos de cuerpos desnudos o semis desnudos, sobre todo cuando son personas de carne y hueso que en cualquier momento me las puedo encontrar en mi camino, fue así como después de varias suplicas de que me enviara fotos suyas en poses sugestivas, me regalo prácticamente toda su colección, la cual me hizo desearla y que ambos disfrutáramos de lo que somos y sentimos sexualmente.

Después de dado ese paso, le dije que si nos reuníamos para conversar sobre nuestras actuales relaciones y vida, fue así como ella me dio su número de celular y un sábado que yo estaba fuera de casa (lejos de mi esposa), me entró el deseo de llamarle. Fue una llamada curiosa, pues a media platica le cayó una llamada de su marido, bueno digamos que ella era amante de él, por lo cual me tuvo que cortar, diciéndome que le llamará luego. Dejé pasar unos minutos y entablamos la conversación y me dijo que me quería conocer y fue así como quedamos de vernos un lunes a la salida de nuestros trabajos, por lo que me dijo donde trabajaba y pasé por ella.

De nuevo pasó un caso curioso, se subió a mi carro y me dijo que fuéramos a dar una vuelta al centro y que luego regresáramos a su trabajo porque ahí pasaba “su marido” a recogerla. Solo platicamos unos 10 minutos, los cuales fueron suficientes para que ambos sintiéramos atracción el uno por el otro.

Al tercer encuentro, recuerdo que yo andaba con un hilo dental y nos fuimos a enmotelar, cuando ella me vio en ropa interior femenina (lo cual ya sabía que me gustaba usarlas), me dijo que le gustaba como me veía y eso despertó su morbo, se prendió de mis tetitas y me acariciaba las nalgas. Eso me gustó e igual yo hacía lo mismo, ella se ponía a mil cuando le chupaban  una de sus tetas, prácticamente era su debilidad. Tuvimos sexo relativamente normal y la pasé a dejar al lugar donde se vería con su marido. Esa era mi primera vez que yo sentía el morbo de andar cogiendo con alguien comprometida y a la vez lesbiana.

En la segunda ocasión que nos encontramos, ella ya iba más preparada y fue lo más fascinante y que era lo que yo me esperaba. Yo ese día me había puesto una tanga y recuerdo que ella al verme así me dijo “hoy vas a ser mía putita”, de nuevo se prendió de mis tetitas, las cuales le fascinaban porque tengo de donde agarrarlas y me puso frenético, le decía que era suya y que me gozará y ella me decía “vamos a gozar las dos, putita”.  Me quito la tanga y me puso con las nalgas para arriba y se acostó encima mío y se puso a tortearme deseando que su vagina fuera un pene para penetrarme y con sus manos me acariciaba mis tetas. Yo estaba gozando y aún me esperaba más.

Ya con mis hormonas femeninas puestas a mil, le pedí a Sonia que me metiera un dedo, que quería sentir algo adentro de mi culo y en respuesta ella me dijo “te traigo una sorpresita”, se paró y de su bolso de mano, sacó una verga de hule de esas que tienen forma de glande a ambos lados y medía no menos de 40 centímetros y un grosor de unos 10 a 12 centímetros. A pesar de mis aventurillas y edad, pues yo casi le doblaba la edad a Sonia, jamás había tenido ni en mis manos ni en mi culo algo tan cercano y parecido a una verga de verdad, con el fenómeno de las dos cabezas.

Recuerdo como si hubiese sido ayer, que ella se metió un poco menos de la mitad en su vagina y se le veía como si era un pene, como una transexual, me dijo que me pusiera en 4 patas y a mi parte (la que me iba a meter) le hecho vaselina. Yo ansiaba que comenzará con su mete y saca. Con una mano se agarró la verga de hule y con la otra me agarro mi cadera, me metió la cabeza y me dijo “te gusta putita”, yo le dije que si, que me hiciera gozar. Comenzó con el mete y saca y yo le pedía más, me estaba haciendo gozar a mil, realmente me estaba violando, ella disfrutaba y me decía toda clase de expresiones, cosas como “vos sos mi puta, que ricas nalgas me estoy comiendo, sos rica, te voy a romper el culo, te gusta, te gusta puta cabrona, sos mi puta cabrona”, yo a todo le decía si, si, si.

Cuando se aburrió de romperme el culo, se sacó la parte que ella estaba disfrutando y me dijo “méteme tu verga, la quiero disfrutar”, ella se acostó y yo aún con mi pedazo de juguete adentro de mi culo, le metí mi verga que estaba super parada y me decía “que verga más rica papi, soy tu puta, gózame” y yo entiendo que le gustaba que le dijeran palabras obscenas, le comencé a decir “hoy te toca gozar mi verga puta, sos una puta rica, cabrona, sos una zorra, sos una ramera, te voy a hacer gozar como no lo hace tu marido puta” y le apretujaba las tetas y ella me decía “dale cabrón, písame, soy tuya y goza tu pija”, yo con una de mis manos, me comencé a meter más la pija en mi culo y estaba disfrutando ambas situaciones y cuando menos acordé todo el juguete lo tenía completamente metido en mi culo, es decir que tenía los 40 centímetros de pija artificial destrozando mi culo.


 
Al rato, ambos terminamos en el mismo momento, algo que la hizo a ella estremecerse y agradecerme y me dijo “nunca creí que iba a encontrar a alguien mejor que Oscar, que era su marido. Yo saque mi verga de su vagina y con mi juguete aún en mi culo, me fui para el baño, ahí me lo saque y se imaginaran lo sabroso y hasta sentía toques eléctricos cuando iba para afuera. Como estaba sucio, me tocó lavarlo y sentía rico el estarlo tocando con mis manos, deseaba que fuese de verdad.

Cuando estábamos descansando y completamente sudados, estuvimos platicando de nuestras vidas y ahí comenzó a nacer una relación que duro 3 años y que por haberse enterado mi esposa, tuvo que terminar. Pero esos 3 años fueron de las pocas épocas maravillosas de mi vida. Teníamos relaciones anales (ambos), de hecho a ella le gustaba más que la cogiera por el culo que por la vagina y pues se imaginarán que ella era la dueña de mi culo y que casi en forma simultánea tuve la relación sexual con mi amante Ricardo (la conquista por internet que les relaté), pero mi relación con él, no se comparaba con la pasión con Sonia.

Con Sonia, sentí el morbo de tener sexo en su oficina, en mi oficina, en el carro e incluso ella a petición mía se entregó a uno de mis hijos; ese día, después de haber pisado dos veces con ella, se baño y se la fui a dejar a mi hijo al lugar en donde ya habíamos quedado de acuerdo y se la llevó al mismo motel de donde acabábamos de salir. Cuando me hijo llegó a la casa me dijo “una que rico pisa esa chava papi, gracias por prestármela”

Realmente ella vivía el sexo de ambos lados y abiertamente me dejaba cuando una pareja la llamaba para tener tríos y fue así como con ella viví mi única orgía en la que a ambos nos cogieron y que se las contaré en otro relato. Con ella viví mis dos mundos, como hombre y como la mujer que llevó muy dentro de mi ser.

Finalmente contarles que tanto nos identificamos que ella término con Oscar y de su relación de más de 6 años y que juraba que era el amor de su vida, por mantener las relaciones conmigo, pues él se volvió muy exigente y le pedía que dejará cualquier relación que tuviese ella, pues él sabía perfectamente que su debilidad era el sexo tanto con hombres como con mujeres pero que solo eran aventuras pasajeras, pues también a él lo cogía con el juguete, pero yo gané la batalla y es algo inolvidable.

Espero les haya gustado y dejen sus comentarios.

Con cariño: Vanessa Jazmín

Vean mi lindo juguete que mi Sonia me hacía disfrutar siempre.

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