Un amigo por casualidad me hace el sexo en su casa (gay)
Todo comenzó como una bonita
amistad entre los dos matrimonios, pero mi deseo carnal por Carlos, el esposo
de nuestra nueva amiga, me hizo desearlo y ofrecérmele hasta que me cogió.
Antes de continuar, déjenme
presentarme, mi nombre (ficticio) es Ricardo y mi esposa Carmen, quienes
asiduamente vamos los fines de semana a uno de los mercados de San Salvador,
pues ahí conocimos a otra pareja de casados, Carlos y Rosa María, quienes son
entre 5 y 8 años menores que nosotros que sobrepasamos los 55 años.
Yo a pesar de estar casado y con
hijos ya adultos, siempre me he considerado bisexual y últimamente me interesan
más los hombres que las mujeres ya en el plano de satisfacción sexual y me
encanta ser penetrado y no me gusta en absoluto penetrar.
No sé si por cosas del destino,
casi todos los fines de semana coincidíamos en un local del mercado y fue así
como nos fuimos haciendo amigos. En un principio Carlos no me llamada la
atención en absoluto, pero su forma de ser y su amabilidad me llevaron a verlo
atractivo y mi parte femenina comenzó a verlo con ojos de la hembra que llevo
adentro.
Un día de tantos, que nos
encontramos siempre en el mercado, nos invitaron a tomarnos unas cervezas y ese
fue el inicio de una amistad más cercana y que provocó a su vez que nos
invitaran a ir a su casa y que nos podíamos quedar a pasar la noche completa
con ellos, ya que a pesar de tener hijos, eran solos en la casa.
Mi esposa y yo aceptamos gustosos
y así fue como un sábado llegamos a la casa, una casa pequeña pero agradable y
que en el patio del fondo de la casa, hasta había puesto una ducha al aire
libre para ducharse cuando se le antojara a uno.
Comenzamos a beber desde muy
temprano y ya como a eso de las 8 de la noche, estando todos en la sala, me
dice Rosa María, Don Ricardo, si quiere que le baje un poco la bolencia, vaya a
darse una ducha al patio y yo le dije que no había llevado otra calzoneta para
poder hacerlo y Carlos me dijo, “mire Don, no tenga pena, si nadie lo va a ir a
ver, báñese desnudo y ante mi negativa, Carlos me volvió a decir “para que se
anime, yo me voy a bañar igual desnudo como usted, ¿Qué le parece?.
Ante esas palabras mágicas, no
pude oponer resistencia y para que las mujeres no pusieran objeción, le dije
“vamos pues, para que dejen de estar fregando”.
Las mujeres se quedaron en la
sala y Carlos y yo nos fuimos al patio, como ahí estaban dos cuartos, me fui a
uno de ellos y me desnude. Carlos como andaba en calzoneta, cuando salí ya se
estaba duchando y mi sorpresa fue ver una verga que a pesar de estar relajada
tenía no menos de una cuarta y era algo gorda. Por el momento me hice el que no
le di importancia, pero Carlos me comentó sobre mi pequeño pene y me dijo “puta
compadre, esa su cosita la anda bien escondida” y yo en respuesta y sin
meditarlo le dije “puta, usted en cambio tiene una mazacuate compadre y esto
que me imagino que ya contenta le crece mucho más” y nos pusimos a reír y me
dice “vengase, entre a la ducha.
A pesar de que la ducha era de
plato grande, yo pensaba que Carlos se iba a salir para poder entrar yo, pero
resultó que no, cuando entré no pudimos evitar el rozar nuestros cuerpos y en
ese momento no se si a propósito, Carlos se dio la vuelta a manera de poner su
verga a mi disposición y yo de forma inocente también me di la vuelta a manera
de que con un mínimo movimiento él rozara su verga en mis nalgas. Precisamente
no tardamos ni unos cuantos segundos, cuando sentí el roce de semejante verga
en mis nalgas y sonriendo le dije “cuidado compadre, no se le vaya a despertar
esa animala y me haga atravesado” y sonriendo me dijo “no le gustaría verla en
su plenitud compadre”.
Yo ya estaba a mil y al oírle sus
palabras, le dije “y cree que se le para” a lo cual me respondió “por supuesto,
pero si quiere que se me paré más rápido, acaríciemela”, lo que escuche fue
música para mis oídos y llevando mis
manos a su verga le dije “veamos si se le para compadre”, la agarré, se la sobe
y casi inmediatamente comenzó a pararse. No lo podía creer, en mis manos tenía
un pedazo de carne bastante gruesa y dura que medía no menos de 20 centímetros.
Carlos al verme como yo estaba
entusiasmado acariciando su verga me dijo “¿te gusta?” y le dije si, luego me
dijo ”chúpala un ratito” y le respondí “y si se aparecen las viejas”, él por
respuesta, me agarró la cabeza y me la agacho hacía su pija, yo me hinque y con
mi lengua comencé a lamerle esa gran cabeza, me la engullí y Carlos me dijo
“que rico chupas la verga mi amor”, eso me prendió más y pasé mi lengua por
todo su tronco y le lamí los huevos, me paré y le dije que lo dejáramos para
otra ocasión si quería terminar en mi boca. Carlos sabiendo que podrían
aparecer nuestras esposas, me dijo, “está bien pero de hoy no pasa bebe”. Nos
secamos y nos entramos para seguir platicando con las viejas.
Nuestras queridas esposas estaban
en amena platica y ni caso nos hicieron, Carlos me sirvió un trago y nos
sentamos a charlar sobre la música de nuestra época y como estábamos escuchando
música en youtube, busque algo de la época y seguimos con la conversación.
Entre canción y canción y trago
tras trago, se nos hizo pasada la media noche y como en un cuento de hadas, de
repente nuestras esposas dijeron que ya estaban bien mareadas y que tenían
sueño y que nos iban a dejar solos para irse a dormir. Las abrazamos y nosotros
seguimos platicando como si nada. Pasados unos 20 minutos Carlos se levantó y
me dijo que cada quien fuera a ver si nuestras esposas ya estaban dormidas y
por suerte, ambas estaban ya bien dormidas y la mía hasta roncando. Cuando
llegamos a la sala, el pícaro de Carlos ya iba con la verga de afuera y me dijo
“vaya bebe tome su pepe”, yo me abalance sobre su verga y comencé a mamársela,
me hinque y mi lengua pasaba de un lado a otro de semejante instrumento,
chupaba su cabeza, Carlos solo gemía y me decía que siguiera, que le estaba
haciendo rico y me dijo que le chupara los huevos, yo tenía que complacerlo a
fin de que ese fuera el comienzo de una relación permanente con mi hombre.
Me metí los dos huevos de Carlos
de un solo y de mi boca salía saliva dado que resultaba pequeña para los
grandes huevos de Carlos, de pronto, él me tomó de los brazos y me hizo que me
pusiera de pie, subió mi camiseta (t shirt) y con sus labios comenzó a chuparme
las tetitas, yo sentía que explotaba pues mis pezones son mi parte más sensible
y mis manos le acariciaban su cabeza, su pelo y gemía como una puta en celo, yo
le mordía sus orejas y eso a él le encantaba, igual no dejaba de acariciarle la
verga y de pronto sin pensarlo le dije “quiero ser tuya, méteme esa verga rica en
mi culo ya papi rico”, Carlos me inclinó sobre un sofá dejando mis nalgas y mi
culito a su entera disposición y me puso saliva en el culo, cuando me metió la
cabeza, yo di un pequeño grito y él me tapo la boca y me dijo al oído que aguantara
un poquito que podíamos despertar a las mujeres y apenas solo te he metido la
cabeza, por cierto yo ya tenía una de mis manos en la verga de Carlos para que
no me la fuera a meter de un solo y le dije “está bien papi, pero métela de a
poquito para que mi culo se vaya acostumbrando”, así fue, Carlos estuvo unos
segundos que metía y sacaba solo el glande de su pene y luego mi culito pidió
más y le dije, ahora papi, métemela un poco más, me metió un par de centímetros
y de nuevo medio se detuvo y comenzó a sacarla y meterla, yo estaba ya
dispuesto a aguantarla toda adentro y le dije, “papi, soy tuya, soy toda tuya, destrózame
el culo, quiero oír que tus huevos choquen con mis nalgas”, Carlos, me tomó de
la cintura y con el mismo mete y saca, cuando sentí ya sus huevos golpeaban mis
nalgas, por un rato me quede solo sintiendo las embestidas, de pronto, ya
deseando hacerlo gozar me comencé a mover y a contonear mi culo y Carlos me
dijo “que rico te moves, mejor que mi mujer, amor”, yo me sentí en las nubes y
mi culo se movía más y más, metiendo y sacando la verga de mi hombre con lo
cual a los pocos minutos y siempre con sus manos en mi cintura me dijo “ya me
voy, ya me voy uffff haaaaa” y sentí como mi culo recibía una gran cantidad de
semen y cuando dejó la última gota de su semen en mi culo, me dijo “están ricas
esas nalgas, espero que mantengamos esta relación mi amor”, a lo que yo
respondí “hasta cuando tu quieras papi, de hoy en adelante seré tu segunda
mujer y puedes llamarme Vanessa mi amor, Vanessa Jazmin”.
Con mi culo chorriando el semen
de Carlos me fui al baño y me hice una ducha rápida. Lo mismo hizo Carlos
posteriormente y al salir, me dio un beso y me dijo “nos vemos mañana putita” y
nos fuimos a dormir cada quien con su respectiva esposa.
Al día siguiente nos sentamos a
desayunar y yo pensé que Carlos se haría el que no se acordaba y para mi
sorpresa me dijo “Ricardo, que noche más espectacular pasamos anoche, tenía mis
ratos de no amanecer escuchando buena música y con una compañía como la tuya,
gracias por por ser como eres” y me guiño el ojo. Yo simplemente le respondí “gracias
a ti por ser un gran anfitrión, no me esperaba el trato que nos diste a mi
esposa y especialmente a mí”.
Terminamos de desayunar y al
momento de despedirnos, aprovechando que nuestras esposas estaban algo
retiradas de nosotros, Carlos me dijo “espero que hayas disfrutado anoche como
lo hice yo” y le dije “me hiciste feliz pero no pude terminar, me la debes” y
lo que me dijo me hizo alegrarme aún más ya que me dijo “tenemos que mantener
esta relación y lo haremos más seguido y sin estar ebrios
para hacerte
disfrutar y que seas mi puta de hoy en adelante”.
Desde ese momento me convertí en
la puta de Carlos, su dama, su otra mujer.
Si les gustó este relato y desean
ser mis amig@s, me pueden escribir a cualquiera de las siguientes direcciones vanessa.jazmin2010@gmail.com, vanessa_loca2010@hotmail.com, vamero@hotmail.com y con gusto les
corresponderé.