viernes, 30 de noviembre de 2012

Relación amorosa entre dos travestis pasivas

Me hice amiga de ella por facebook a principios creo del 2011 y al ver su linda figura femenina comencé a coquetear con ella a través de mensajes y comentarios en sus lindas fotos.

Comencé a fantasear con la posibilidad de que se fijará en mí, pues siendo ambas salvadoreñas y residentes en la capital, cabía la posibilidad de que mi sueño se convirtiera en realidad.

Su nombre de niña es Lorena, ella con sus 28 años  y yo una señora de 53 era casi imposible que ella se fijara en mi, más aún cuando ella me había confesado e insistido en varias ocasiones que no era su intención ligar con alguien y más si a eso le agregamos que ambas somos pasivas, pero la insistencia al final tuvo sus frutos.

Después de varios meses de estarnos comunicando solo a través de mensajes y de estar prácticamente enamorando a mi princesa, decidió aceptarme una invitación para tomarnos un café y fue así como quedamos de vernos en la cafetería del Hiper Europa.

Si en fotos se veía alta, ya en persona la estatura de ella conforme a la mía era evidente. Ese día llegué después que ella, subí a la segunda planta del Hiper y le hablé a su celular para localizarla. Nos saludamos con un apretón de manos y por suerte ella había buscado una mesa bastante separada de donde estaban otras personas.

La charla que tuvimos, nos sirvió para decirnos lo que éramos ante los demás, yo un profesional con más de 30 años de casado, con hijos y por supuesto con nietos y que desde siempre había tenido mis tendencias homosexuales y de una cierta época en adelante, mi inclinación por el uso de prendas femeninas era parte de mi vida, así como el sentirme toda una mujercita y ser tratada como tal, a la vez que me consideraba chica pasiva.

Por su parte Lorena también me dijo que era casada y que tenían una pequeña niña que era su vida, pero que igualmente desde hace unos años atrás sentía el deseo irrefrenable de vestirse como mujer y en su caso, era en forma total, desde usar hilos dentales, tangas, medias, zapatos (que por cierto me los ha dado a que se los guarde) y hasta blusas, faldas y vestidos. Si la desean admirar la pueden buscar en facebook con el nombre de Lorena Abigail Hernández.

También me dijo que por el momento solo era el deseo de sentirse mujer, pero que no buscaba una relación ni sexual ni amorosa pero que no lo descartaba pero con alguien con sus mismos gustos que fuera activa, ya que ella se consideraba igual que mi, pasiva y que no quería nada con hombres (machos), sino que de experimentar lo quería hacer con una niña igual que ella.

Después de platicar como una hora, le dije que si podíamos ser amigas y me dijo que si, que realmente se sentía a gusto conmigo y que sentía que era de su confianza. Le dije que si la iba a dejar a su casa y me dijo que sí, que no había problema. Nos subimos al carro y la fui a dejar a media cuadra de su casa y me dijo que mejor así porque no fuera a ser que su esposa saliera y viera bajarse de un carro, pues ella (su esposa) desconocía por completo sus gustos por sentirse mujercita. Al despedirnos le dije que deseaba besarla en la mejilla pero me dijo que tal vez otro día pero mejor así nos despidiéramos como hombrecitos, pero me permitió que le diera una caricia en su pierna.

Después de esa reunión, nos hablábamos casi a diario o nos mandábamos mensajes por el facebook y como mi esposa viajaba en esa época bien seguido a los Estados Unidos, pues después de insistirle a Lorena que nos fuéramos a mi casa para vestirnos las dos, ella aceptó. Así fue como quedamos en vernos a las 8 de la mañana de un sábado, aprovechando que mis hijos se iban temprano a sus respectivos trabajos.

Ese dichoso sábado fue el inicio de nuestro romance. Ella llegó a la hora acordada, cerré el portón y le dije que si me dejaba abrazarla y me dijo “primero cambiémonos para estar como niñas. La hice pasar a mi cuarto y ambas comenzamos a cambiarnos. Una vez ella vestidita con una falda de Jeans y una blusita de rayas rojas y sus zapatos negros de tacón, me dijo que le tomará fotos, así tuvimos una sesión de fotos que por cierto las tiene subidas en su facebook y en el perfil tiene una de ellas en el patio de mi casa.

Una vez tomadas las primeras fotos, la tomé de la mano y le dije que pasáramos a la sala a tomar algo y sentirnos como verdaderas mujeres, ella caminó con coquetería y antes de sentarnos la abrace y le apreté las nalgas, le dije que estaba bella. Yo andaba con un hilo dental color celeste y me había puesto un babydoll de color negro, así como me había puesto los zapatos de plataforma de mi hija que me hacía juego con mi hilo dental.

Nos sentamos juntas y me dijo que era su primera vez que se vestía para alguien más y que se sentía algo incomoda. Yo le dije que no tuviera pena y que esperaba que ese fuera el inicio de no solo una amistad sino que de algo más, que siendo pasivas las dos, nos haríamos caricias y exploraríamos nuestros cuerpos incluso le dije que si ella quería podríamos buscar a un hombre macho para que fuéramos sus putitas, a lo que me respondió que no, que ella no quería a un hombre y que no le insistiera en el tema.

Pasamos como dos horas ahí sentaditas viendo la televisión y platicando de nuestros gustos y que ella deseaba hacer una depilación total con lasser pero que era caro y por ahora ni modo, tenía que quitarse los pelos de las piernas con cera o rasuradora, porque esa era pasión de ella, estar todo el tiempo depilada.

Le pregunté si ya había tenido alguna relación con otro travesti y me dijo que no, que por atrás era virgen porque incluso ni objetos se había metido, pero que eso si le picaba la curiosidad. Le dije que no se resistiera a esas tentaciones y que experimentará, que era algo rico, ya que yo siempre que podía me metía toda clase de objetos que tuvieran forma de falo y que mi masturbación me hacía terminar de una manera espectacular.

Ese día no pasó nada más que el darnos unos abrazos, se puso de nuevo su ropa de hombrecito y nos despedimos con un beso en la mejilla.

Pasaron 4 semanas en la que no nos pudimos ver porque no queríamos ir a un motel, sino que Lorena quería estar en mi casa nuevamente, pero en todo ese tiempo que no nos vimos, me dijo que ya había experimentado con meterse el dedo en su culito y que incluso como sentía rico, se había atrevido a comprarse un juguete por internet que es precisamente el que se le logra ver adentro de su rajita en una de las fotos de abajo.

El momento o el día esperado se llegó, mi esposa salió nuevamente de viaje y con Lorena nos pusimos de acuerdo para vernos en mi casa el día sábado. Llega, la recibo de beso, la tomo de la mano y nos vamos para el cuarto. Tanto ella como yo ya teníamos puestos un hilo dental. Nos cambiamos y me dice “para que no me vayas a ser nada si se te pasa la mano, me puse este tapón” y la muy graciosa, me enseña el juguete que lo ha llevado metido en su culito desde que salió de su casa.

Cuando se termina de cambiar, le digo que se acueste en mi cama, que me permita acariciarla y sentirla como si es mi  esposa. Me dice que está bien, se acuesta y me siento a la par de ella, comienzo a acariciar sus hermosas piernas, se las beso una y otra vez, ella está quieta y me dice “no creas que no me gusta lo que estoy sintiendo, lo que sucede es que yo soy bien simplona, pero trataré de corresponderte”, le digo que no se preocupe que solo se deje llevar.

De sus piernas paso a acariciar sus nalgas, ella se da media vuelta y las deja a mi disposición, le paso mi lengua por ambas nalgas, comienzo a tocarle su  pene que lo tiene parado y ya con liquido pre seminal, trato de pasarle mi lengua por su pene pero ella me detiene y me dice que no, que no le acaricie su clítoris. De nuevo me voy al ataque de sus nalgas, tomó su juguete y se lo empiezo a meter y sacar, ella me dice que la tengo a mil. Le dejo nuevamente el juguete adentro de su culito y comienzo a chuparle sus tetitas, me prendo de ellas, se las muerdo y me dice que siga, que no me detenga, me acaricia mi pelo y tomo sus mejillas y le doy un beso.

Lorena me corresponde al beso y jugamos con nuestras lenguas, yo estoy como poseída también y la acaricio en todo su rostro, pasó mis manos por su cabeza, de nuevo bajo a sus pezones y una de mis manos se va a su pene. Se lo acaricio una y otra vez, de nuevo me lo quiero llevar a mi boca pero Lorena no me deja. Ella me pide que aunque no tengo la verga totalmente parada, que me le encarame que quiere sentirse mujer y que yo soy su pareja. Me le encaramo y ella cruza sus piernas entre mi espalda, dice que se siente realizada y hago como si ya estoy cogiendo.

De nuevo me paró y acariciándole las nalgas, me comienzo a masturbar, en mi éxtasis le pasó mi lengua por su ano y sacándole el juguete le meto mi lengua a su hoyito, ella gime de placer y mi lengua se mueve adentro de su ano. Yo ya estoy por terminar y le disparo un chorro de semen en toda su nalga, ella me dice que es mía y de nadie más.

Ella también termina y nos quedamos acostadas y abrazadas ambas. Le tomo unas últimas fotos a las nalgas llenas de mi semen y ahora ella tiene un álbum de fotos titulado “mi primera vez”.

Sale de la casa y antes de abrir el portón, me abraza y me da un beso y me dice “gracias por haberme hecho sentir maravillosa”.

Desgraciadamente mi esposa dejó de viajar y tanto Lorena como yo, tenemos trabajos absorbentes que no nos han permitido volver a estar juntas y en sus correos, a pesar de que ya llevamos meses sin vernos, me dice que me es fiel y no tiene a nadie más en su vida que la haga sentir como se sintió conmigo, que a pesar de que no la penetré, la hice sentir por primera vez como una verdadera mujer cumpliendo así su fantasía y que gracias a mi, ha reconocido que no es heterosexual fantaseando ser mujer sino que es bisexual pasiva igual que yo.

Espero que les haya gustado este relato tan real como yo.

Con amor: Vanessa Jazmín

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