viernes, 30 de noviembre de 2012

El vigilante de la empresa me gusta y me le entrego (gay)

Todo comenzó sin imaginar que la amistad mostrada al vigilante de la empresa, volcaría en una simpatía mutua y de atracción física.

Recuerdo que hace un año más o menos, yo estaba sin deseos de almorzar y para no desperdiciar el sándwich preparado por mi esposa, se lo decidí regalar a Elías, uno de los vigilantes privados de la empresa que estaba de turno ese día.

Elías como la mayoría de salvadoreños, es un joven de estatura normal en nuestro medio, tipo 1.60 centímetros, complexión media, se le nota que hace ejercicios musculares, pues sus bíceps le resaltan y para variar es seguidor del Barcelona igual que mi persona.

Siendo un muchacho de unos 28 años, es bastante educado y algo serio, me dio las gracias y de ese gesto comenzó a nacer una amistad y en lo particular debo decir que comencé a fijarme en él como un hombre a quien deseaba; por eso comencé a hacer rutina la entrega de alimentos y siempre que podía le tocaba la mano a manera de hacerme sentir y cuando él me decía que le daba algo de pena, yo le decía “no te preocupes que lo hago con cariño y le tocaba su cintura como diciendo con mis ademanes “quiero ser tuya”.

 Siempre que yo llegaba a la empresa, estaba atento a abrirme la puerta. Comenzamos a tener conversaciones cortas hablando de cualquier cosa, hasta que un día, hablando de los dos famosos equipos de la liga española, me dice “vio el partido del Real Madrid que la niña de Cristina (refiriéndose a Cristiano Ronaldo), después de meter el gol, se subió la calzoneta y enseño los músculos de la pierna, lo que quería era enseñar la pierna la niña” fue su comentario, a lo que yo en forma inocente le dije “si Elías lo vi, pero que músculos los que se maneja Cristiano, atraen” le dije.

Yo seguí mi camino y a diario notaba que cada vez era más la cercanía que él quería tener conmigo y una vez que yo llegué a la empresa con bastante tiempo de anticipación, marque mi hora de entrada y me dirigí a los servicios. Mi sorpresa fue que ahí se estaba cambiando de ropa Elías, pues llegaba en ropa particular y en el trabajo se ponía su uniforme.

Lo encontré prácticamente en ropas menores, solo estaba en bóxer y en camiseta y en son de broma y entre risas le dije “bárbaro Elías, que cuerpazo el tuyo” y  no sé si lo hizo con malicia o no, pero me dijo “hola licenciado, ¿quiere ver mis músculos?” y yo le dije “sácalos haber”, se levantó la camiseta e hizo una complexión y su estomago se puso firme, yo solo le dije “wow, que bien te vez, ¿me permites tocarte?” y me dijo “dele”, yo pasé mis manos por su estomago y le dije “me imagino que te llueven las cipotas para tocarte” y me dijo “vea mis músculos de los brazos  y se subió la pequeña manga de la camiseta, le saltaron los bíceps y ya sin pedirle permiso se los toque y le comenté “estas super Elías” e inmediatamente me dijo “¿Qué dice de mis piernas?”, lo miré y vi su bulto y le pregunté “¿están duras como las de Ronaldo?” y me respondió “tóquelas y dígame si no”.

No se ni como, pero sin esperar la reacción de Elías, en lugar de llevar mi mano a su pierna, le agarré su verga que ya estaba semi erecta y se la retire inmediatamente y casi tartamudeando le dije “discúlpame Elías, no sé porque lo hice, espero no vayas a comentar este incidente con nadie” y por suerte recibí la respuesta esperada “no hay problema licenciado, usted sabe que le tengo aprecio y si le gusta lo que toco, siga, por mi no hay problema”.

En ese momento y aunque estaba bastante temprano para que los demás empleados comenzaran a llegar a la empresa, me acerque a la puerta de los baños y le eché llave, mi mano ya no la lleve por sobre el bóxer, sino que la metí para sacarle la verga, su cabeza estaba encapullada y suavemente se la pele y comencé a masturbarlo. De repente, ya se encontraba bien parada y me la lleve a la boca. Elías agarro mi cabeza y comenzó a meter y sacar su verga de mi boca como si esta fuera una vagina; por momentos sentía que me ahogaba pues ya en su máxima expresión la verga de Elías medía unos 14 centímetros aproximadamente y su grosor era bastante considerable.

Mis manos posadas en sus duras nalgas, empezaban a acariciarlas y bajar hasta sus piernas, él solo estaba dedicado a que le mamara la verga, mis manos acariciaban sus huevos y como no me soltaba de mi cabeza, no tenía mayor movilidad, sin embargo a los pocos minutos él me dijo “licenciado ya licenciado, ya, ya haaaaa y dejó ir  el semen adentro de mi boca, gotas del liquido me salieron por los labios y con mi lengua me los volví a introducir para no desperdiciar nada del alimento que me estaba regalando Elías.

Cuando me paré, me agarro las nalgas y me dijo “discúlpeme licenciado, pero quiero que estas sean mías” a lo que le respondí “déjame pensarlo y que esto solo quede entre nosotros” y me salí. Debo confesar que todo el día pasé pensando en las posibles repercusiones que mi debilidad carnal podría provocar.

El horario de trabajo de Elías era de un día de trabajo completo y al siguiente día descansaba, por lo que pasamos una semana en que solo nos vimos 3 días después del incidente y en ese tiempo, ninguno de los dos insinuó nada y más bien lo cambie un tanto mi comportamiento ya que desde el primer día después de nuestro encuentro le dije que no se preocupara por el almuerzo, que lo pidiera y yo se lo iba a pagar. Con un poco de renuencia de su parte, al final aceptó mi gesto.

Pasadas dos semanas, Elías me detuvo al entrar a la empresa y me dijo “licenciado, yo quiero hablar con usted” y yo le dije “aja Elías que deseas”, “bueno, me dijo, la verdad que no sé cómo decirle, pero quería contarle que solo termino el mes (estábamos a dos semanas de finalizarlo) y un hermano que tengo en los Estados Unidos me manda un dinero para que me vaya pagando coyote, pues él sabe lo difícil que esta trabajar acá en El Salvador”, yo en forma natural le dije “hombre, que bueno Elías, me alegra y espero que todo te salga super bien” y le di una palmada en el hombro; pero él siguió con la conversación y me dijo “gracias licenciado, pero yo también antes de irme quisiera tener algo con usted, claro si usted me lo permite y disculpe el atrevimiento”. Yo me puse a medio sonreír y le conteste “jajaja, ya veo que sos un gran pícaro Elías y sinceramente, con mi edad, gracias por desearme, realmente no me lo esperaba viniendo de ti, como el viernes no trabajas verdad, platiquemos el jueves y veamos si puedo pedir la tarde del viernes y quedamos de vernos en algún lugar y yo paso a recogerte si”. Elías me dijo “gracias licenciado, verá que no se arrepentirá y descuide que yo sé guardar un secreto”.

Me sentí bien con las palabras de Elías y definitivamente me levantó mi yo interno, yo a mi edad, deseada por un hombre de casi la mitad de años míos, fue verdaderamente un halago. Se llegó el viernes y cuando llegué al trabajo, Elías ya estaba por irse a descansar y me extraño verlo. Me le acerque y le dije “pensé que ya te habías ido” y me respondió “no licenciado, lo estaba esperando, como ayer ya no me dijo nada, quería saber si nos íbamos a ver ahora como habíamos quedado”; a lo que le contesté “claro que si, mira, veámonos a las 12 y media en El Salvador del Mundo y de ahí nos vamos a tomar un par de cervezas y comer algo y después miramos adonde nos vamos ¿te parece?, y su respuesta fue “claro mi lic. ahí nos vemos, adiós”.

Se me olvidaba decir, que yo por supuesto, ya iba preparada, pues debajo de mi ropa de hombre (mis pantalones), llevaba un hilo dental color blanco, medias café sostenidas por un porta ligas del mismo color blanco y en mi mochila llevaba un brassier o sostén de mi esposa que me queda divino (el de la fotografía de abajo) y por supuesto unos zapatos de plataforma que un día de esos había dejado mi hija en una visita a la casa y que me quedan perfectos pues tanto con ella como con mi esposa somos de la misma talla.

A las 12 y 15 minutos, yo ya estaba pasando por el lugar acordado y como se imaginarán, Elías ya estaba ahí esperándome. Me alegré al verlo, le abrí la puerta del carro y lo invité a subir. Salimos y algo nervioso, le puse mi mano en su pierna y comencé a acariciarlo y comenzamos la siguiente conversación:

Vanessa (V): Sabes, siempre me has gustado y por temor a tu rechazo, no sabía cómo acercarme a ti.
Elías (E): Yo la verdad es que siento una gran simpatía por usted y siento que es una persona super agradable y por lo que veo bien complaciente.
V: Si claro, como sabes, por mi trabajo, no puedo mostrar abiertamente lo que soy y en la oficina, nadie sabe de que me gustan los hombres, por lo que espero que sea un secreto entre tu y yo.
E: No se preocupe licenciado, solo usted sabe que yo me voy para Estados Unidos y tampoco quiero hacerle daño, pues usted a sido muy bueno conmigo y lo que hicimos la semana pasada me gustó y por eso se me metió entre ceja y ceja que usted será mío.
V: No me trates de usted ni de licenciado, me gustaría que me trataras como mujer, me gusta que me llamen Vanessa, Vanessa Jazmín. Te tengo una sorpresa que espero te guste verme vestida así.
E: ¿Cómo así?
V: Como una puta, quiero que me sientas como tu puta y que te lleves un buen recuerdo mío.

Diciéndole eso, le agarre la verga y ya la tenía parada y le dije “que rico lo que me voy a tragar ahora Elías mmmmm”. Llegamos al Bar La Herradura de la Calle Constitución y me dijo “siempre he querido conocer este lugar” y le dije “pues vamos y pidamos algo”.

Llegamos a las 12 con 30 minutos, pedimos un balde de cerveza y luego otro con algo de comer. Ya como a las 3 de la tarde le dije a Elías, hoy vamos a disfrutar de nosotros. Pagué y le dije “te parece que nos metamos a este motel y le señale el Auto hotel La Pradera, mejor conocido como el caminito de Heidi y me dijo “perfecto, al fin será mía por completo” y me toco la barbilla, lo cual sentí un bonito detalle.

Nos subimos al carro y entramos por la puerta trasera del Auto hotel, entramos al primer cuarto que vimos con la cortina abierta, entramos y le dije, como tu eres el hombre, pide dos cervezas en lo que entro al baño a terminar de arreglarme y no me vayas a seguir, toma mi cartera para que pagues el cuarto y lo que pidas.

Entré al baño y me quité mi ropa, me puse el sostén color beige que le había tomado prestado a mi esposa y me puse los zapatos de plataforma. Salgo y Elías aún vestido me dice “Vanessita, que preciosa te vez”, me le acerco contoneando mi cintura y le hecho los brazos en su cuello y le digo “te gusto”, respondiendo y apretándome las nalgas “claro nena, hoy si te voy a gozar y vas a gozar como se debe”. Le desabrocho la camisa y acaricio su hermoso tórax, paso mi mano por su verga y le desabrocho el pantalón, meto mi mano para acariciar su hermosa verga por sobre su bóxer y le bajo el pantalón. En ese momento me doy vuelta y quedo de espaldas a él y le digo “abrázame, quiero sentirme tuya y sentir que soy amada, me cruza los brazos y me agarra mis tetas y me dice “que rica mami, te gusta lo que sentís en tus nalgas”  y le respondo “claro papi, pongo mis manos atrás y le saco la verga que ya esta bien parada y me la pongo en medio de las nalgas y comienzo un tongoneo y ahora soy yo quien le dice “te gusta como me muevo papi”, como respuesta, recibo un pequeño empujón y caigo en la cama siempre con el culo para arriba.


Elías ya transformado en otra persona me dice “hoy te voy a pisar putona, vas a ver lo que es un hombre, con sus dos manos me abre el culo y me deja caer unas gotas de saliva en el ojete; pone su glande en mi hoyito y me la deja ir de un solo hasta el tope, me saca un grito y le digo “papi, me duele, pero dale, soy tu puta y hace conmigo lo que quieras, písame papi, ya no aguanto, dale con todo, mmmmm, rico papi, dale dale que soy tu puta, tu zorrita, písame que quiero llevarte siempre dentro mío, dale papi, destrózame el culo, quiero ser tuya, dime que gozas de Vanessa papi, decime cabrón rico”.

Por el efecto de la cerveza y sin cambiarme de posición, Elías me pasa culiando durante media hora y mi culo ya no aguanta, me ha dado de nalgadas, me ha tratado como su puta y al final, me dice “haaaaa, ya me voy, ya me voy, sos rica, haaaaa”, yo apretó mi esfínteres y le digo que deje todo adentro, saca la verga y el condón me queda adentro, me doy la vuelta y le doy un beso en la verga y le digo “gracias papi, me has hecho feliz”, me agarro mi clítoris y en un par de segundos dejo ir un buen chorro de semen que me cae en mi vulva, quedamos los dos tirados en la cama y lo abrazo, le doy un beso y le digo, ya vuelvo, voy a asearme.

Después de evacuar el semen, el condón y cierta suciedad que me ha aflojado, me baño y regreso a la cama. Me tiro sobre Elías y abrazada a él le digo “papi, de verdad te tienes que ir a los Estados Unidos” y me dice “claro nena, pero sabes, me llevó un gran recuerdo tuyo, lo abrazo y le digo puedo besarte, él me da el beso y quedamos jugando con nuestras lenguas por unos segundos, luego baja a mis tetitas y comienza a jugar con ellas, me las muerde y le digo que me está excitando de nuevo. Yo comienzo a jugar con su verga y le acaricio sus huevos, beso su cuello y de nuevo él ya tiene una erección.

Me pongo a mamarle la verga y cuando ya la tiene en su máxima expresión, me siento en ella y comienzo a moverme, él me aprieta mis tetas y me dice que siga así, que le gusta cómo me estoy portando de puta y que me muevo mejor que su mujer, eso me excita y sigo moviéndome, me saco y me meto su verga con gran experticia y como mi culo está bien lubricado, la acepta con gusto y al rato ambos explotamos y yo ni tan siquiera tuve que tocarme mi clítoris pues el roce de la verga de Elías con mi parte sensitiva del ano, el cual como la sensibilidad del clítoris, hace que termine como toda una puta.

Nos bañamos juntos y por lo tarde que se nos ha hecho, le digo que nos vayamos. Salimos, lo dejo en El Salvador del Mundo y me voy a mi casa y mi esposa me recibe y me pregunta ¿Cómo te fue ahora papi? Y mi respuesta que no podía ser otra es “de maravillas mi amor, de maravillas”.

 En las dos últimas semanas de Elías en El Salvador, tuvimos la oportunidad de estar juntos nuevamente en dos ocasiones y él se despidió con la promesa que siempre que viniese de paseo, lo primero que haría sería contactarse conmigo y pasar juntos el mayor tiempo posible ya que le había gustado mi trato y mi forma de complacerlo.

De nuevo, espero que este relato haya sido de su agrado y espero dejen sus comentarios sean cual fueren y yo con gusto les responderé.

Con el amor de siempre:

Vanessa Jazmín.

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