martes, 2 de octubre de 2012

Relación ´Tío - Sobrina

Alejandra es una mujer con unas tetas espectaculares, de baja estatura, un promedio de 1.50, bastante bonita y algo dadivosa con su cuerpo. Siendo madre soltera, todo el que se le acerca con deseos de poseerla prácticamente logra su resultado.

Como recordarán mi bisexualidad hizo que yo tuviera una relación de pareja con mi sobrino y hermano de Alejandra. Pues terminada dicha relación, me entró morbo por ver si era posible poseer a Ale.

Alejandra no llegaba con tanta frecuencia a mi casa; sin embargo cuando quise comprobar que tan fácil era que cayera en mis manos, estuvo llegando bastante seguido, lo que aproveche para que cuando mi esposa no me veía, comencé por quedarme viendo a sus pechos, inicialmente Ale me decía “que tanto me ve usted” y yo no le respondía, luego mi estrategia fue quedarme viendo su vagina. De nuevo inicialmente ella se sentía como incomoda, pero a la vez se le notaba que le gustaba que yo sintiera interés por ella.

Así pasé varios meses y pasó un tiempo en que ella con sus hijas dejó de llegar, pero resulta que un sábado me dice mi esposa “vamos a visitar a las cipotas” refiriéndose a mis sobrinitas, las hijas de Ale, y me agregó “llevemos unas cervezas para poner borracha a Alejandra. Dicho y hecho, pasamos al super y compramos una caja de cervezas y nos fuimos a casa de Ale. Ella estaba sola con las niñas (en esa fecha Norma, la que se volvería también mi dama contaba con más o menos 14 años.

Ya entrada bien la tarde, Ale ya estaba bastante tomada y como estábamos en el patio de la casa y las niñas adentro, no sé ni cómo, pero se me ocurrió que cuando mi esposa se iba al baño por tanta cerveza tomada, descaradamente me sacaba la verga y se la mostraba a Ale. La primera vez que se lo hice me dijo en voz baja “tío usted está loco, lo va a ver mi tía y nos va a matar”. Yo le respondí que no me importaba, que ella me tenía loco y que deseaba que fuera mía y que si quería que dejara de enseñarle la verga, me la tenía que acariciar aunque fuesen unos segundos.”

Cuando llegó mi esposa, seguimos platicando como si nada y pues seguíamos tomando más cerveza., como a la hora, nuevamente mi esposa se levantó para ir a orinar por como cuarta ocasión, momento que no deje de aprovechar y me saco nuevamente la verga y me le acerco a Alejandra, ella me la agarra y me la soba y hace como si me va a masturbar, luego me dice “vaya, ya hice lo que me pidió, guárdesela tío, por favor”. Me la guardo y le digo, “el lunes te hablo a tu oficina para que nos pongamos de acuerdo y llevarte al motel.” Ella no me responde pero tengo la seguridad de que ya cayó en mis redes.

Llegado el lunes, me pongo en contacto con mi sobrinita y luego de ponerse un poco nerviosa y negativa, me dice que está bien, que nos veamos el viernes, que la llegue a traer a su oficina. Se llega el viernes y efectivamente me está esperando en donde habíamos quedado, se sube al carro y me da un beso en la mejilla. Yo le agarro la mano y la lleva sudada, signo de nervios y le digo “porque vas nerviosa mi amor”, ella me dice “es que tío, si mi tía se da cuenta nos va a matar a los dos”, le pongo mi mano en una de sus piernas y se la acaricio al mismo tiempo que le digo “ninguno de los dos le va a contar nada y de ahora en adelante vas a ser mi mujer, no mi sobrina”.
Llegamos al motel La Pradera, conocido como el Caminito de Heidi y entramos a la habitación. La abrazo, le quite su blusa y luego ella sola se quita el brassier y me le pego como niño desnutrido a chuparle esas hermosas tetas que tiene. Nos acostamos y le quito su tanga y me aparece su torita (vagina) bien depilada. Es una vagina pequeña, hermosa, meto mi lengua y ella se pone a gemir, agarra mi cabeza y la acaricia, cuando ya su vagina esta mojadita, le meto uno de mis dedos y le acaricio el clítoris, ella me dice que me acueste que quiere cabalgarme. Se sube y se mete mi verga de un solo, comienza a metérsela y sacársela, gimiendo, a los pocos minutos se viene y grita, se acuesta y yo la sigo pisando pues para que la verga se me pare, una hora antes de vernos, me había tomado una viagra. La piso por unos 20 minutos y terminó adentro de su vaginita. Me abraza ya más relajada, nos vestimos y nos vamos.

Lastimosamente nuestra relación solo duró como 6 meses, pues mi esposa se dio cuenta que yo la iba a dejar todos los días a su trabajo y una vez nos siguió en su carro, por suerte, ese día, nos cruzó el carro pero como íbamos para el trabajo de mi sobrina, solo me armó un gran escándalo y pasó un tiempo de enemiga de mi sobrina, pero afortunadamente al no comprobar mi relación sexual con mi sobrina, ya la visita nuevamente y aunque no tienen una perfecta relación, pero ya se hablan.

Les invito a que lean el otro relato en donde cuento como con la hija de Alejandra, hoy a sus 21 años, se ha convertido también en mi amante.

Con cariño: Vanessa Jazmín.

Mi pequeña y picara sobrina

Antes de comenzar debo confesarles que soy bisexual pasivo y que aunque he tenido pocas aventuras sexuales con hombres, con mis hombres, los he disfrutado, así como ellos a mi, pero siempre me atrae el cuerpo bello de las mujeres.

Vanessa es una joven que, recién ha cumplido sus 21 años y es la hija mayor de mi sobrina Alejandra (ambos nombres ficticios para proteger sus identidades reales). Vanessa tiene unas facciones muy bonitas, a pesar de ser algo gordita, su pequeña estatura (1.50 más o menos), la hacen ver graciosa, simpática y atractiva, es como dice la novela “mi gorda bella”. Tiene o emana cierta malicia que la hacen deseable y es lo que me sucedió a mí y por suerte con hermosos resultados.

Como les mencionaba, Vanessa es la mayor de dos hermanas y mi sobrina en primer grado (Alejandra), es madre soltera y tiene 42 años (hoy en 2012) y por cierto también fue mi amante durante 2 años, pero esa es otra historia que luego les cuento.

Si algo me encanta de mi sobrinita Vanessa, son sus grandes y hermosos pechos que afortunadamente le van super bien con su tamaño y su cuerpo. Tiene unas piernas que me provocan una lujuria que es lo primero que acaricio de su lindo cuerpo. Sus nalgas respingadas son una delicia.

Todo mi morbo comenzó  hace unos 5 años, cuando mi sobrina recién estaba en bachillerato y fue expulsada del colegio y para mi sorpresa, fue porque era muy novia y desordenada y me di cuenta que tenía un sobrenombre que mostraba lo fácil que cualquier compañero del colegio le pusiera mano y me imagino que se dejaba acariciar por medio mundo.

Por los amoríos que tuve con su mamá o sea mi sobrina Alejandra, no era del agrado de mi esposa que los visitáramos seguidos, pues ella llegó a sospechar que con Alejandra teníamos relaciones sexuales, aunque nunca lo confirmó, eso hizo que nuestras visitas fueran esporádicas.

Mi sobrina Vanessa, en la casa siempre se mantiene  con unos diminutos shores, que le hacen resaltar esas piernas encantadoras y eso igualmente nunca ha pasado desapercibido por mi esposa, quien dice que “casi anda desnuda”.

Las 3 (Alejandra y mis 2 sobrinitas), siempre me han recibido de beso y abrazo y el solo sentir los hermosos y duros pechos de Vanessa, me producen un gran morbo, resulta que en una ocasión  hace unos 3 años, me armé de valor y al despedirme y sin que nadie lo notará, le puse una de mis manos en sus nalgas y ella no dijo absolutamente nada.

Eso dio pie a que siempre que llegaba posara mi mano en sus nalgas cada vez que la saludaba, así pasamos por casi dos años pues mis visitas casi que eran a lo sumo una vez al mes y por temor a que me delatara con su madre, no pasaba a más; pero resulta que en una ocasión en que llegué y solo se encontraba ella y su hermanita, aprovechando que mi sobrinita menor estaba jugando en la computadora que está en un cuarto de la casa, me armé de valor y abracé a Vanessa por detrás y llevé mis manos a sus pechos. Ella no puso la más mínima resistencia y al ver eso, baje mis manos a su coñito (vagina) y por sobre el short o calzoneta, comencé a acariciarle la vagina con una mano y la otra la metí en las nalgas por debajo de la calzoneta y sentí la piel de sus nalgas preciosas. Realmente no creía lo que estaba pasando y en respuesta a mis acciones, solo me dijo “tío, mi hermanita lo puede ver”, a lo cual lógicamente no le di importancia.

A pesar de mis 50 años encima, no dejé de ponerme nervioso y opté por retirarme, pero a sabiendas que prácticamente Vanessita ya estaba en mis manos.

Dejé pasar aproximadamente un mes y de nuevo me fui al ataque, un día entre semana a sabiendas que las dos hermanitas se encontraban solas, me fui a visitarlas. Me recibieron como siempre ambas cariñosas y de nuevo mi sobrinita menor estaba entretenida con su computadora, Vanessa estaba en la cocina preparando almuerzo y me le acerque, ahora si decidido, de entrada metí mi mano por debajo de su short y sentí esa vulva bien rasuradita y comencé a acariciarla y ella solo me decía “tío tenga cuidado no vaya a venir mi hermana”, ese día sentí como ella se mojo, pues mi dedo sentía lo húmedo de su conchita. Después de unos minutos, le dijo a la hermana que lavara las manos para comer.

Mi sobrinita menor, le dijo, solo dame unos minutos que me voy a cambiar y cerró la puerta de su cuarto. Momento que aproveché para bajarle su pequeño short y aunque puso una media resistencia, me permitió que se los bajará a media pierna junto con su calzoncito y me abalance a su vagina, mi lengua pasaba una y otra vez por sus labios vaginales y ella como un arma de defensa (creo), toco la puerta del cuarto de su hermana y le dijo que le abriera. Tuve que alejarme de ella, pero eso fue suficientemente para que un mes después, o sea tipo enero de este 2012, nos convirtiéramos en amantes.

Como les decía, todo el proceso de llegar a lo que ahora somos con Vanessa, se tardó varios meses por la escaza visita que le hacía, temiendo que mi esposa se diera cuenta que la visitaba cuando se encontraban solo las dos hermanas. Por otro lado, mi temor de que Vanessa le comentara a su madre y que ésta me hiciera un gran escándalo, no dejaba de preocuparme.

Mi sorpresa fue que precisamente en el mes de enero, recibo una llamada de mi Vanessa y me dice “Tío, necesito dinero para comprarme una ropa, no me quiere llevar a comprarla”, a lo que le respondí, “y que te vas a dar si te compro toda la ropa que queras” y simplemente me dijo “lo que usted quiera tío”. Con esas palabras aún presentes, le pregunte “¿cuándo vas a estar solita?”, a lo que me respondió “todas las mañanas de martes y jueves no tengo clases en la Universidad y mi hermana todos los días viene a las 3 de la tarde del colegio” y precisamente al día siguiente era martes, por lo que le dije “entonces mañana llego a traerte a las 9:30 para que vayamos al Centro Comercial” y ella me dijo “no me vaya a fallar tío, lo espero, lo quiero, adiós”.

De verdad, yo no creía la conversación que acaba de tener con mi sobrinita. Pensar que iba a ser mi dama, mi amante, me hacía que mi verga se pusiera super tiesa. Al día siguiente, para evitar cualquier mala pata, media hora antes de ir a recogerla, me tomé una viagra. Llegué a la casa, toqué el timbre y ella me estaba esperando, tenía un pants puesto. Cerramos la puerta y le dí un beso en la boca, ella me respondío y me abrazó, le subí la blusa y comencé a acariciarle sus pechos, ella se desabrochó el brassier o sostén y ante mi, quedaron esos hermosos melones, a los cuales les pasaba la lengua, los chupaba y mis manos no hallaban donde posarse, acariciaba sus nalgas, metía mis dedos en su vagina.

Cuando ya estaba por explotar, le saque la blusa y ella con sus manos, se quito el pants, quedando completamente desnuda a mi disposición, se sentó en el sofá y poniéndose en una posición en donde sus pies los había subido a la orilla del sofá y en forma abierta, dejaba a mi entera voluntad su coñito, su torta, su panocha, su vagina. Mi lengua parecía una culebra, se paseaba de un lado a otro, la metía en su huequito y al lograr una mejor posición cuando puso sus piernas en mis hombros, mi lengua se fue a su ano, un rico hoyito que le dío paso a mi lengua y luego le metí un dedo. Ella pujaba y al estar así por varios minutos, ella termino con unos tímidos mmmmmm, haayyyyyy mmmmm. Se retorció y me sobaba la cabeza con sus manitas lindas. Al saberla satisfecha, me paré y le metí mi verga en su vagina super lubricada. Al ver que no me había puesto preservativo me dijo “termina afuera por favor”, yo estaba extasiado y sin darme cuenta le dejé ir un gran chorro de semen y con un haaaaaa haaaaa sos rica, sos rica, le saque la verga y le dije “discúlpame, no pude contenerme” y la muy picara me dijo “no se preocupe que estoy en el período seguro, en 3 días me viene la regla” (refiriéndose a la menstruación.

Nos vestimos y cuando íbamos a salir de casa me dijo “ya ve que soy una niña complaciente con mi tío” a lo que le respondí “así me gusta, de ahora en adelante sos mía y de nadie más y haremos el sexo siempre que yo quiera” y en respuesta me dio un beso y me dijo “lo quiero”.

Ella no era virgen y al preguntarle si tenía relaciones sexuales con su novio, sin ningún problema me dijo que sí y como consejo le dije “siempre que cojas con él, que se ponga preservativo para que no vayas a quedar embarazada, tenes que sacar tu carrera”.

Desde esa vez y siempre por temor a que mi esposa me pueda cachar, pues tiene celos enfermizos, nos ponemos de acuerdo para vernos por lo menos una vez al mes y ya con toda la confianza de ser amantes, me fascina que ella me agarre la verga y se ponga a masturbarme. Ha y le encanta tomarme fotos cuando estoy chupándole el clítoris y su pequeña pero linda vagina o cuando le estoy metiendo el dedo en su culito, tengo una buena colección de su cuerpo totalmente desnudo, su culo, su vagina, sus tetas, mmm.

Para finalizar, solo decirles que no se hasta cuando dejemos de ser amantes, mi morbo me dice que la voy a desear más cuando se case y ella siempre esté disponible considerando lo caliente y puta que es. De hecho ya le dije que su madre Alejandra, fue mi amante pero que ella está mucho más rica que su mamá y con una sonrisa picara me dice “por supuesto”.

Solo de contarle este relato 100% verídico, se me ha puesto erecto el pene, haaa y por cierto, me acaba de hablar para vernos la otra semana y al decirle “vos me salís cara, solo cuando necesitas ropa o dinero me llamas y me queres ver” y con toda la razón del mundo me respondió “no moleste tío, si usted no me llama ni viene todos los días porque no quiere” haaaa, que linda mi sobrinita picara, mi tesoro, mi deseo de vivir a mis 54 años.

No se olviden que también por ahí estará el relato de cómo también hice mi amante a su madre o sea mi sobrina Alejandra y como también mi sobrino Jorge, el hermano gay de Alejandra me hice suya y fuimos amantes durante más de un año.

Si les gustó mi relato, pueden escribirme a vanessa_jazmin2010@hotmail.com o vamero@hotmail.com y háganmelo saber. Busquen otros relatos míos que son reales. Otra cosa, me encanta coleccionar fotos tanto de travestis como de penes, si tienen de los suyos, me gustará recibirlas en los correos señalados.

Besos a tod@s.

Esta es ella

Fantasía sexual con mi yerno (gay)

Mi yerno es mayor que mi hija, moreno, algo atlético, pues práctica el futbol y siempre se ha llevado muy bien conmigo, a tal grado que andamos mucho tiempo juntos parrandeando.

La verdad que su figura, siempre me ha llamado la atención y sobre todo porque al ir a jugar futbol y estarse cambiando ropa, lo hace como todos los demás de sus compañeros, con toda naturalidad y me encanta verlo cuando se queda solo con los bóxer y se le nota el pequeño bulto de su verga.

La curiosidad me aumentó cuando en una plática en casa y que todos estábamos tomando cerveza y hablando de cualquier cosa, de repente tomamos la conversación sexual y de cómo eran sus relaciones (de mi hija y el yerno) y mi hija comentó “pues viera papi que este su yerno no es tan rieludo (queriendo decir que no tenía una gran verga o pene) pero se mueve de maravilla” y mi yerno le respondió o mejor dicho la regaño diciéndole “vaya vos, deja de decir nuestras intimidades”.

En otras ocasiones y cuando ya hemos estado bastante pasados de copa, él se pone detrás mío y me abraza y no se si es mi morbo que siento que adrede pone sus manos sobre mis pechos, que como ya saben son bastante pronunciados a tal grado que en más de alguna ocasión que a mi yerno se le han pasado las copas me dice “mi chichuda” y siento cierto morbo de ese hecho.

Pero lo que sucedió hace 3 años, fue la gota que derramo el vaso y es que resulta que era el mes de septiembre y a mí siempre me ha gustado ir a los desfiles del día de la independencia y tomarles fotos a las cachiporristas. Resulta que ese año no fue la excepción y se las tomé y no las bajé de la cámara inmediatamente. Resulta que entre semana y al estar sola (me gusta sentirme mujer), se me ocurrió vestirme con una blusa de mi esposa que me quedaba pegada al cuerpo, unos pantaloncitos calientes super cortísimos que me los puse sobre mi hilo dental negro y unos zapatos de plataforma de mi esposita y comencé a tomarme fotos como de costumbre utilizando el automático de la cámara. Las fotos tomadas tampoco las bajé de la cámara, atenido de que generalmente solo yo usaba dicho aparato.

Pasaron los días y a mí se me fue por alto el bajar todas las fotos tomadas y en uno de esos días en que no estaba mi esposa en la casa, se aparece mi amado yerno y como le hemos dado llave de la casa, entra y me saluda. Lo invito a una cerveza y pregunta por la suegra. Nos sentamos y después de la tercera cerveza agarramos la plática de la celebración del día de la independencia y sin pensarlo le digo “yo como siempre fui y le tome fotos a las chicas” tomo la cámara, la enciendo y me pongo a pasarle las fotos, en ese momento, mi esposa llama por teléfono y él me dice “enseñe, las voy a pasar yo”, se la doy, no recordando en absoluto que ahí están las otras fotos”.

Como me había levantado, al sentarme nuevamente junto a él, me dice enseñándome una de mis fotos “puta suegro, esta cachiporrista es la más rica de todas” y era una de mis fotos con la blusa y el hilo dental negro, tomada de tamaño completo, por lo que también se veían mis zapatos.

Mi primera reacción fue arrebatarle la cámara y decirle “esta tu suegra que está loca y me puso su ropa para fotografiarme” y su contestación me sorprende cuando me dice “tranquilo suegro, no le voy a decir nada a nadie, pero déjeme terminar de verlas”. Comprendí que estaba prácticamente en sus manos y nuevamente al terminar de ver las 4 fotos que estaban en la cámara, me dice “hey suegro, no sea malo, enséñeme las otras que tenga, me he emocionado con estas” y le respondo ya maquinando mi siguiente paso, “está bien pero esto debe de quedar solo entre nosotros, ya sabes que yo te conozco un par de damas y a la que andas cogiendo ahora y te hago un desvergue si se te sale la lengua con mi hija”, ante lo cual él me da una palmadita en la espalda y me dice “nombre, no se preocupe que al rato y también podemos hacer algo entre nosotros”.

Me levanto y agarro mi portátil, la enciendo y me voy a buscar las fotos que anteriormente me he tomado, que se imaginarán que son muchas y de gran variedad. Mi yerno me dice que para mientras, le regale otra cerveza y se pone a ver la computadora. Yo siempre sentado a la par de él me dice “no es broma, pero usted con estas sus poses, ya me puso caliente y su hija me las va a pagar para enfriarme jajajajaja”, yo en una forma decidida y segura le digo “nombre papito, si para que vas a esperar a llegar a la casa si yo te puedo enfriar si lo queres” y lleve mi mano a su verga, que realmente ya estaba parada.

Ya todo descubierto, mi yerno me dijo “no se porque pero ya me imaginaba que a usted se le pasaba el agua” y dicho eso, se desabrocho el pantalón y se saco la verga y me dijo “ojala no venga mi suegra y lo encuentre ordeñándome”. Yo en respuesta, le agarre la verga y me hinque para proceder a mamársela, tenía en mi boca lo que tanto había deseado. Sin ser una gran verga, era apetecible, me la tragaba por completo y saboreaba pasar mi lengua por su morena cabeza, baje a los huevos y me los trague ambos de un solo. Mi yerno gemía y me decía “que rico mama suegro, siga que esta rico”.

Yo seguía mamándole la verga y de repente él me quita la camiseta que andaba puesta y me dice que quiere chuparme mis tetas, que me las ha deseado siempre, pues son casi igual a las de mi hija. Yo se las ofrezco y llega a mi punto débil. El que me chupen las tetitas, me pone a mil y le digo “papi, quiero que me la metas ahora”. Nos vamos a la cama y me pone canto de cama. Me penetra y mi culo ya se encuentra lubricado, deseando que me posea mi amado yerno.

Cuando me está chocando los huevos en mis nalgas me dice “que rico su culo suegro, se siente como el de su hija pero la muy cabra tengo que rogarla para que me lo preste”, yo solo logro responderle “dale, dale, dale que es tuyo y será tuyo siempre que lo quieras sin necesidad de rogarme papi, soy tuya, siempre seré tuya, dale papi, termina adentro de mi culo, quiero sentirme tuya. El ya estaba por irse y en menos de 5 minutos me ha dejado ir un chorro de semen y jadeando me dice “fantástico, de ahora en adelante será mi putita de casa” y me regala una nalgada.

Nos vestimos y nos vamos a la sala y como a la media hora llega mi esposa y el yerno le dice “ya me voy suegrita, haber si venimos el fin de semana si nos invitan” y yo me adelanto a contestarle “ya vas vos con tus cosas, ya sabes que aquí venis a la hora que vos querras y que siempre sos bien recibido o no”.

Desde entonces, mi yerno y yo tenemos una relación muy muy especial y no me molesta compartirlo con mi hija y sus amiguitas y todo gracias a las fotos que había dejado en mi cámara.

Espero les haya gustado esta fantasía.

Con amor

Vanessa Jazmín

lunes, 1 de octubre de 2012

Orgía organizada por mi amante lesbiana

Si leyeron mi relación con Sonia, la chica lesbiana que me introdujo a un nuevo tipo de sexo, el cual vivimos intensamente, no les conté en dicho relato que también me introdujo o por lo menos viví con ella una orgía entre ella, una amiga de ella y 2 amantes de ocasión de ambas, por lo que el sexo lo practicamos entre 5.

En el relato anterior de mi relación con Sonia, no les mencioné que ella tenía una gran cantidad de amigos que practican el amor libre, de hecho ella hacía el sexo seguido con una pareja (mujer y hombre) que tenían ya varios años de una relación formal de pareja y que les gustaba tener tríos, por lo que al no tener nosotros una relación formal ni compromisos, ella me hizo ver toda esa situación, e incluso me externo el deseo que ella siempre mantenía de tener un lugar adonde pudiese reunir libremente con todo mundo y que quien quisiera practicar sexo, lo hiciera sin mayores problemas.

Realmente aunque yo tenía ya mis 45 años, la idea me gustó por el morbo que llevaba y sin más ni más, nos reunimos y comprometimos a pagar la renta de un departamento un grupo como de 8 personas en donde curiosamente solo Sonia y su amiga eran mujeres.

Resulta que ese departamento se convirtió en nuestro nidito de amor, ahí pasábamos los dos solitos, pero resulta que de vez en cuando nos reuníamos la mayoría a platicar y un buen día, a mi querida Sonia, se le ocurrió que nos pusiéramos de acuerdo para que al próximo sábado, los que pudiéramos llegáramos y tener relaciones sexuales entre los que se nos antojara.

Estando nosotros dos solos, ella me dijo que me iba a gustar porque ella y yo haríamos el sexo con otro amigo de ella que ya había practicado tríos con ella y que era de mente abierta. La idea realmente me gustó.

Se llegó el sábado y Sonia y yo, nos reunimos casi dos horas antes de la hora acordada y lógicamente nos pusimos a jugar y tuvimos dos relacionales anales, ya que a ella le encantaba que le hiciera más el sexo anal que el vaginal.

Cuando llegaron los otros dos amigos y su amiga, nosotros ya estábamos nuevamente vestidos y nos pusimos a platicar y Sonia con toda su experiencia, estando todos en la pequeña sala, solo me hizo a un lado y delante de todos me sacó la verga y se puso a mamarla, cuando vieron la acción, Carlos se nos acercó y nos dijo con voz suave, dejemos a estos dos y vámonos al cuarto, así lo hicimos y Sonia sin dejar de mamarme le saco la verga a Carlos y se la comenzó a pajiar, Carlos por su parte, le acariciaba sus pequeñas tetas y de repente, Sonia tomo mi mano  y me la llevo a la pija de Carlos.

La verga de Carlos no era gorda pero si grande y yo aún con temor, solté mi mano y Carlos me dijo “dale, es tuya y de Sonia”, ya con su autorización, se la comencé a sobar, a acariciarla y ya estaba deseándolo, me agache y le dije a Sonia que nos pusiéramos en posición a manera que yo pudiera comerme con la boca la pija de Carlos.

Entonces en lo que Sonia se comía mi verga, yo me deleitaba con la de Carlos. Cuando Carlos ya estaba bien caliente, le ordeno a Sonia que se pusiera en 4 patas y le dijo “para que Ricardo vea como te piso de rico y haber si me deja culiarlo a él”
Sonia le obedeció inmediatamente, se puso en 4 patas y me dijo que me pusiera al frente de ella, la muy golosa siguió mamándome la verga en lo que yo veía como Carlos le ensartaba su verga por el culo, yo con mis manos, me empecé a acariciar mis tetitas y veía como Carlos le daba de estocadas al culo de Sonia. Yo estaba deseando que Carlos me pisara, pero en eso entró Oscar y Verónica, ambos desnudos.

Verónica, sin ningún pudor se fue a chuparme la verga junto con Sonia y Carlos le dijo a Oscar que si quería que yo le chupara la verga que me la ofreciera. Carlos se fue a la par mía y de pie me llevó su pija a mi boca, yo la agarre y le sentí el semen que acaba de dejarle ir a Verónica, así como los jugos de Vero. La verga se le paró al rato de tenerla jugando en mi boca y me dijo “quieres que te la meta” y Sonia le respondió por mí, y le dijo “si pisa a esta puta, que le encanta igual que a nosotras la verga”.

Me puse en 4 patas al igual que Sonia y Oscar me dejó ir su verga de su solo hasta lo más profundo, no era grande pero si era gorda, me daba nalgadas y me decía “esta puta está más rica que vos Sonia” y nos pusimos a reír todos.

Cuando Carlos estaba por venirse, saco la verga del culo de Sonia, se quito el condón y se acerco a mi cara, se agarró la verga con la mano y me dejó ir un gran chorro de semen en mi cara, Sonia y Vero se acercaron y pasaron su lengua por mi rostro. Al rato sentía como Oscar terminaba en mi culo y gemía de placer. Descansamos todos tirados en el suelo.

Como a la media hora y habiéndose parado él solo la verga, Carlos me dijo que quería probarme, que quería pisarme para comprobar lo que había dicho Oscar de lo buena que estaba. Sin pedirlo, Sonia me tomo de un pie y me lo levanto y le dijo a Vero que hiciera lo mismo, de tal manera que mi culo, mi ano quedaba a completa disposición de quien lo quisiera.

Carlos, acerco la cabeza o glande de su verga a mi hoyito y me la metió y como acaba de ser utilizado, estaba bien lubricado y me la dejó ir hasta el tope, Sonia me agarró mi clítoris (penecito) y se puso a masturbarme, Oscar por su cuenta, agarró a Sonia y la empezó a pisar por el mico. Realmente se puso a jugar tanto con Sonia como con Vero, un rato cogía a una y otro a la otra. Yo gemía de placer y de la verga que me estaba gozando. Mi culo ya me ardía pero como la puta que soy, me la tragué toda y en un arranque de calentura, le pedí a Oscar que intentara también meterme su verga para ver si me tragaba dos vergas de un solo.

En la posición que estaba, no podía, por lo que Carlos se acostó con la verga para arriba, yo me senté en ella y me acosté encima de Carlos y nuevamente Sonia y Vero me levantaron mis piernas y así fue como Oscar me metió también su verga y ambos después de hacerme gozar por un buen rato, explotaron dentro de mi culo.

Nos vestimos y los fui a dejar a un centro comercial. Sonia se despidió de mí y yo me fui satisfecho a mi casa. Esa fue mi única orgia y de la que gocé como nunca, gracias a mi Sonia, quien me hizo su puta.

Espero les haya gustado el presente relato.

Vanessa Jazmín

Fantasía sexual con mi compañero de trabajo se hace realidad (gay)

Todo sucedió de forma inesperada, un día nos informan de la empresa que Armando y yo teníamos que ir al DF a una convención a realizarse en el Hotel Royal Pedregal por lo que ahí mismo nos hospedaríamos durante una semana, por lo que ambos decidimos irnos un sábado y regresar el domingo, por lo que estaríamos prácticamente 8 días en un hotel de lujo 5 estrellas.

Antes de proseguir, déjenme decirles que con Armando tenemos años de ser compañeros de trabajo, es como 15 años menor que mí, de piel morena, ojos cafés, cuerpo no atlético pero bien formado, de aproximadamente 1.70 mts. de estatura. No sé si por estar en la misma área de la empresa y la proximidad de nuestros escritorios, nos ha hecho desarrollar una muy buena amistad y de paso por mi parte, admirarlo hasta llegar a desearlo, pero que nunca le había insinuado nada de mi preferencia sexual por los hombres como parte de mi intimidad, pues siempre todos mis conocidos me han considerado todo un hombre con toda las letras de la palabra.

 Así las cosas, se llegó el día en que nos fuimos a México D.F., recuerdo que tomamos un taxi y al llegar al hotel y estar chequeándonos, nos estaban asignando habitaciones individuales y tras una pequeña platica, ambos llegamos al acuerdo de que para ahorrarnos un par de dólares, lo más conveniente era tomar una habitación doble o compartida.

Ese día era mi primera satisfacción, el solo imaginarme que iba a estar en el mismo cuarto con Armando, me llenaba de alegría y pensar que podría verlo en ropa interior, me hacía palpitar mi corazón a un ritmo diferente y eso que sin saber lo que me deparaba esa estadía.

Nos dieron las llaves electrónicas (tarjetas de banda) y subimos a la tercera planta del hotel. Armando me dijo que si aprovechamos a descansar un rato para que llegada la tarde/noche haber si quería acompañarlo a tomarnos unas cervezas en algún lugar. Le dije que estaba bien, pero haber si antes el me acompañaba a comprar una ropa interior para mi esposa. Me dijo que no había problema y pues una vez desempacada nuestra ropa, cada quien se fue a la cama a tomar una siesta.

Ya a las 4 de la tarde y después de haber tomado una ligera ducha y cambiado de ropa para ponernos algo más casual, salimos a tomar un taxi, no sin antes preguntar en recepción si había algún centro comercial cerca de la zona y nos indica que sí, que a pocos kilómetros del hotel se encuentra el famoso Centro Comercial Perisur. Llegamos al centro comercial y como ya sabíamos a lo que íbamos, ligero nos ubicamos en un local de venta de ropa interior femenina y como por mi naturaleza fuera de orden, me vuelve loca la compra de dichas prendas, me compro una media docena de hilos dentales y tangas de varios colores, entre ellas unas negras, rojas, color lila y blancas, así como un par de baby doll color negro, que espero poder subir un par de fotos modelándolos. Sin ser esa mi intención, al momento de escogerlos, me percaté ya algo tarde que había cometido dos que tres aspectos que podrían interpretarse como muy femeninos. Uno de ellos es que cada prenda que escogí la había consultado con Armando si le parecía y la otra era la emoción y algunos ademanes casi femeninos al escoger la ropa y expresiones como “mira Armando, esta tanga me fascina” o “que rico se ha de sentir este hilo”. Hasta ahí yo suponía que para Armando esas cosas habían pasado desapercibidas ¿Qué equivocada estaba?. Para finalizar las compras, le dije a Armando si no había problemas en comprarle unos zapatos de plataforma a mi esposa; a lo que él me preguntó ¿y sabes su medida?, “claro, le dije, tiene mi misma medida, por lo que tendré que medírmelos” y con toda la pena del mundo, escogí unos zapatos color lila, super preciosos. Con las compras realizadas que incluía unas medias color piel (de mi tono) y un porta ligas, nos dispusimos a marcharnos.

Una vez salidos de la tienda, Armando me dice “mira, aprovechemos de ir a la zona rosa y como pasaremos por el hotel, entra en una carrera a dejar estos tus comprados, no vaya a ser que los dejes olvidados en algún lugar”, lo cual así hicimos. El taxista nos dejó en un local que era muy conocido y visitado por turistas, en donde se consumía mucha cerveza. A todo eso ya eran pasadas las 6 de la tarde, compartimos como tres horas y media y ya al calor de las cervezas, Armando me dice que siempre había deseado estar en el D.F. y entrar a los famosos “Table Dance” (donde bailan chicas desnudas en un tubo o mesa al centro del local) para saber si eran mejores que los nuestros. Le digo que si lo desea podríamos ir, y por suerte, a una cuadra de donde estábamos se encontraba uno de ellos.

Nos sentamos, no sin antes pagar el cover y el muy loco pide una botella de tequila. Lógicamente como en todo este tipo de lugares, al rato tenemos unas chicas casi desnudas en nuestra mesa y diciéndonos si las convidábamos. Yo dejo que Armando decida y pues ni modo, se sientan una a cada lado nuestro y comienzan con el toqueteo, lo cual a mi no me hace mucha gracia.

Al poco rato, le digo a la chica que está conmigo que se retire y Armando me dice “te pasa algo, te sientes mal” y yo le respondo “no, no pasa nada, sucede que no me gusta que me estén tocando mis partes”. Armando no sigue la conversación y solo atina a decirme “bueno, si no estás a gusto acá decime cuando nos vamos” y mi respuesta casi automática fue “tranquilo, cuando te aburras de ver las chicas y tocarlas”.

Seguimos tomando y ya pasadas las 12 de la noche, le digo a Armando que es hora de irnos y él evidentemente en estado de borrachera me dice “okey, ni modo, me voy porque me llevas, no porque el ambiente esta buenísimo”, yo en son de broma y sin pensar que mis palabras iban a ser tomadas en serio por Armando, le digo “mira, si tangas y nalgas quieres ver, yo te modelo la ropa que compré para mi esposa al llegar al hotel”.  No recibo ninguna respuesta de Armando, a lo que consideré que era porque lo había tomado como una broma incluso hasta de mal gusto. Siendo así, terminamos de tomarnos las copas servidas de tequila, cancelamos y tomamos un taxi.

Como a los 45 minutos ya estábamos en el hotel y subimos a la habitación. Armando abre el mini bar y agarra una cerveza y me sorprende diciéndome “vaya mamacita, hoy cumplí tu palabra de modelarme la ropa de tu mujer”, yo para disimular le digo “jajajja a poco creíste que lo iba a hacer” y la respuesta de Armando es “si no lo haces, entonces me devuelvo yo solo al antro ese”; yo de nuevo, haciéndome la difícil, le digo “estás loco vos, como vas a regresarte en ese estado que estas, solo a que te bajen irías” y me dice “Ricardo, si supieras las ganas que tengo de coger y aparte de que para serte sincero, me gustó ver como escogías la ropa para tu mujer, si se te veía una delicadeza que cualquiera pensaría que era para vos la ropa que escogías, es que tenes un gusto para las prendas femeninas, mejor que el de mi esposa; realmente me gustó la ropa que seleccionaste, así que no te hagas de rogar y cumplí con tu palabra”.

Ante la insistencia de Armando y dispuesta a intentar ser suya de una buena vez, le dije “mira Armando, te modelo la ropita de mi mujer, pero con dos condiciones, una, que esto solo quede entre nosotros dos como un secreto llevado hasta la muerte y dos, que desistas de salir a estas horas de la noche a satisfacer tus deseos carnales y si queres mejor mastúrbate viéndome a mi y pensando que soy una de esas putas que te estaban toqueteando todo el paquete” y su respuesta sencillamente fue “está bien mamacita, pero no respondo por lo que vaya a suceder cuando ya estés vestida, así que apúrate”.


Las últimas palabras pronunciadas por Armando, me gustaron y levantaron mi estado de ánimo para intentar ser suya desde el primer día en que habíamos arribado a México y el solo hecho de pensar que toda esa semana podría ser su mujer y atenderlo como tal, sinceramente me llenó de emoción.  Le dije “ponte cómodo que ya salgo”, le quite el saco y la corbata y le desabroche el cinturón y le dije “para que no digas que no te atiendo”.

Agarré la bolsa de la ropa comprada y los zapatos y me metí al baño, con mucha delicadeza tome un hilo dental color negro que hacia juego con uno de los baby doll  comprado y me puse ambas piezas, me puse las medias y el porta ligas, lo cual al verme en el gran espejo del baño, realmente me veía bien zorra. Saque los zapatos de plataforma y me los puse. No es por nada pero me veía divina.

Bastante nerviosa, salí del baño y rogando que lo que estuviera por suceder, no fuera a ser causa de problemas tanto de mi relación laboral, de mi hogar y las demás repercusiones de salir del closet.

Al salir, le dije a Armando “vaya niño, aquí estoy”,  y me di media vuelta para que me viera completamente. Armando me dijo “wow, que linda te vez vestida de niña” y al acercármele, me dio una nalgada a la cual le dije “hay grosero”, me le retire y caminando como toda una dama, le dejé mostrar mis nalgas, ya que el baby doll me quedaba super corto y era abierto de la parte de atrás, por lo que mis nalgas quedan completamente al desnudo. Cuando me voltee para retorna hacía él, Armando se estaba acariciando el paquete, me le acerque y le dije “está bien así o quieres que siga”, él me respondió “Ricardo, por favor, enfríame esta calentura que tengo, quédate así y pórtate como las putas del antro, yo se que te gusta esto”.

Me le acerque y me senté en sus piernas y le dije “espero hacerte disfrutar de ahora en adelante, si quieres una puta, la tendrás”, le saque la verga y comencé a acariciársela, se la tuve acariciando unos segundos hasta que me pidió que se la chupara. Me senté a su lado y le quite el pantalón, luego el bóxer y su verga quedo completamente a mi disposición. Bese su glande, grueso, carnoso y me la trague toda la verga hasta la mitad, pasaba mi lengua por todo su tronco y Armando solo acariciaba mi cabeza y luego me dijo que me pusiera en una posición que le permitiera acariciar mis nalgas, lo cual hice y en lo que me comía sus huevos, él me acariciaba mi ano y comenzó a meterme un dedo, lo sacaba y lo metía y cuando de repente ya tenía dos dedos acariciando mis entrañas.

Armando me dijo que me quería penetrar, que lo complaciera. Me senté en su pija y me hice de lado mi hilo dental y al estar su verga completamente dura, me facilito que al irme sentando sobre ella, se fuera introduciendo fácilmente en mi ano, el cual ya estaba dilatado producto de los dedos traviesos de mi Armando. Cuando la verga estaba totalmente adentro, comencé a moverme como si fuera un helicóptero en pleno aterrizaje. Armando gemía de placer y luego comencé un sube y baja sacándome la verga totalmente para inmediatamente introducírmela hasta el tope, movimiento con el cual Armando no soportó más y me tiro un gran chorro de semen que se depósito en el fondo de mis entrañas y que al quedarme quieto, se comenzó a salir. Me levanté y con cariño le limpie la verga para luego darle un par de chupetazos y decirle “Espero que estés complacido y me cumplas la palabra que lo que hoy ha pasado no lo sabrá nadie”, él solo me respondió “ya te dije mi amor que no tengas miedo, es más vamos a dormir juntos esta noche y si lo deseas, serás mi putita durante toda la semana, ya no tenes que esconderme tus bajos instintos para conmigo”. En respuesta le di un beso en la boca, jugamos con nuestras lenguas y le dije que “si, que quería ser suya y desde tiempo lo deseada, que esa semana me le entregaría en cuerpo y alma”.

Nos acostamos los dos en la misma cama, yo me quede con mi ropita y solo me quite las medias y la porta ligas. Debo confesar que al acostarnos juntos, me asaltó la duda de lo que ya en su pleno  juicio haría Armando; sin embargo para no llevarle la contraria nos acostamos y yo me puse de lado ofreciéndole mis nalgas, él me abrazó y como estaba completamente desnudo, su pija se la acomodó entre mis nalgas y al rato roncaba como un bebé. Igualmente y ya pasadas la una de la mañana me quede dormida sin darle mucha vuelta a lo que podría pasar al despertar.

Para mi sorpresa y ya tipo 9 de la mañana, Armando me despertó y acariciándome las nalgas me dijo “vaya mi amor, vamos a bañarnos para irnos a dar una vuelta y no desperdiciar nuestro primer domingo”; yo emocionadísima le dije “lo que tu ordenes papi, me meto al baño y luego entras tu”, a lo que Armando me reprocho diciéndome “haaa te quieres bañar solita”, lo abrace ya segura de lo que hacía y le dije “no tonto, te estaba probando”, le acaricie la verga y le dije “vente, quiero comerme este plátano de desayuno”.

Me quite mi baby doll y le dije, eso sí, primero haré mis necesidades y luego tu y nos metemos a la regadera. Al rato, ambos nos metimos a la ducha, yo lo empecé a acariciar, lo enjabone, limpie sus partes nobles y viendo que su pene se estaba poniendo duro, me agache a mamárselo, lo chupaba, lo besaba, me metía solo su glande y lo succionaba, pasaba mi lengua como si fuera un rico sorbete, al rato él me levantó y me puso de espaldas y apoyé mis manos sobre la pared, él levanto mis nalgas y me empezó a culiar, yo ya estaba caliente y le dije que me la metiera, que quería sentirlo adentro mio nuevamente, lo deseaba y quería pertenecerle en todo momento.

Me metió la verga hasta la mitad y luego comenzó a sacarla, hizo eso varias veces, hasta que me dijo “hay te va toda hasta el fondo”, sentí como sus testículos pegaron contra mis nalgas y comencé a moverme, le dije que me acariciara mis tetitas, que eran suyas. Sus manos en cuanto acariciaban mis nalgas, subían a mis tetas, bajaban a mis piernas y cuando sentí sus espasmos en señal de que se iba a correr, apreté mi esfínteres y le dije “papi, lléname de tu leche mi vientre, quiero sentirte mío”. Dejó escapar un gran chorro de semen y en agradecimiento a mi entrega, me regalo un beso que ambos lo gozamos.

Salimos de la ducha, él me secó a mí y yo a él y al disponerme a poner mi ropa, Armando, se acercó a mi y me dijo “cariño, quiero que te pongas una tanga en lugar del bóxer. Lo complací, saque una de las tangas nuevas de color rosa y salimos a desayunar. Luego tomamos un taxi y nos fuimos para el zócalo, ahí pasamos todo el día, entre bromas y cuando nadie nos veía, nos regalamos un beso o nos tomábamos de la mano.


Regresamos ya tarde al hotel, no sin antes pasar a comprar unas cervezas, nos encerramos y de nuevo, hicimos el amor. Se llegó el lunes y realmente fue una semana de trabajo agitada, pero siempre teníamos energías para hacer el amor, claro después de relajarnos con unas cervezas bien heladas J. Me había acostumbrado y casi como una exigencia de Armando, que toda la semana use solo ropa interior femenina y me quedaba así y me ponía mis zapatos de plataforma cuando estábamos ya en la habitación del hotel. El jueves le confesé que quería cumplir con una última fantasía y era que me llevara a una discothec gay y quería ser su chica y bailar abrazados los dos y sentirme segura en sus brazos. Su respuesta fue “veremos si lo hacemos el sábado como nuestra despedida de este bello país.

El viernes, me puse triste porque Armando me dijo que iba a salir solo a dar unas vueltas, que me fuera para el hotel y que no sabría a qué horas iba a llegar. Sin reclamarle absolutamente nada, me fui al hotel pero debo reconocer que me puse celosa de solo pensar que ya no estaba interesada en estar al lado mío y que ese día iba a buscar realmente a una mujer para satisfacerse sexualmente. Llegué al hotel y para calmar mis ansias y hasta cierto punto cólera de celos, me puse a tomar unas cervezas corona, me desnude y solo me quede con mi tanga blanca que andaba ese día.

Ya como a las 7 de la noche que no se veía señas de mi amor, realmente estaba desesperada y a dormirme iba cuando Armando abrió la puerta y al verlo que iba en su sano juicio y con una bolsa en la mano, me le tire a sus hombros, lo abrace y lo besé. No dejo de sorprenderse pero cariñosamente me dijo “sírveme una cerveza y ven con tu maridito que te traigo una sorpresa”. Le dije con cariño “si mi amo, usted ordena y yo obedezco”, me fui a la mini refrigeradora contoneando mi cuerpo, le lleve la cerveza y lo comencé a desvestir para que estuviera cómodo y le dije “hoy quiero mi sorpresa”.

Mi corazón dio un vuelco y se me salieron las lagrimas por haber dudado de mi maridito y haberme puesto celosa porque Armando pensando que no quiso estar conmigo. De la bolsa que traía, sacó un vestido negro confeccionado con una tela que se pega al cuerpo y sumamente minúsculo y también sacó una peluca color café y unos zapatos del mismo color negro con un tacón de unos 4 centímetros, medías negras y me dijo “quiero que mañana mi putita se sienta mi verdadera mujer adonde iremos, de todas maneras acá no nos conoce nadie y podemos ir adonde nosotros queramos y quiero cumplir tu fantasía”, yo le dije “pero amor, no creerás que yo voy a salir así del hotel, me daría mucha pena” y él como siempre con su linda y especial forma de ser me contestó “tranquila mi putita, de acá salimos como los hombrecitos que somos y llegado a la disco, te metes a un baño y te pones bien putita, no me vayas a modelar ahora, porque quiero verte vestida de niña, hasta mañana”.

Esa noche, después de conversar un rato y hacer el sexo en la pequeña sala de la habitación, nos fuimos a dormir como siempre en una sola cama como lo habíamos realizado toda la semana y esa noche dormí abrazada a él y acariciando su pecho y él arrullándome como si de verdad yo fuera su esposa.

Al día siguiente o sea el sábado (un día antes de regresar a El Salvador), comenzamos a tomar unas cervezas como a eso de las 7 de la noche y entre bromas y risas, decíamos que era para agarrar valor de ir a la disco gay y sentirnos en ambiente. Ya a las 10 de la noche, salimos discretamente del hotel y en lugar de tomar un taxi del hotel, salimos a la calzada y tomamos uno que iba pasando. Entramos, nos subimos a la parte trasera del taxi y Armando con toda seguridad y sobriedad le dijo al taxista que si conocía una discoteca gay que no fuera de armar relajos. Solo noté como el taxista nos vio por el retrovisor algo asombrado, pero con naturalidad le respondió “claro jefe, yo lo llevo y le voy a dar mi tarjeta para que cuando se regresen, me llamé para pasarlos a recoger”

Las palabras del joven taxista me dieron mayor confianza y ya habiendo Armando como descubriendo nuestro secreto, puse mi cabeza en su hombro como lo haría cualquier mujer enamorada. Llegamos a la zona rosa y a una discoteca que parecía de muy buen ambiente. Después de despedirnos del taxista y dándole la seguridad de que en vez de llamarle, que mejor llegara por nosotros a eso de las 2 y 30 de la madrugada.

Entramos a la discoteca y fuimos recibidos en la entrada y el caballero que nos atendió, nos preguntó si queríamos un lugar algo reservado, a lo que Armando le dijo que si. El local se veía muy bien decorado, a media luz y estaba a medio llenar. Nos sentamos y le dije al joven que nos atendió si había algún tipo de servicio para dar a guardar paquetes o bolsos y afortunadamente me dijo que sí, que si lo deseaba, le entregará lo que requería resguardo al encargado del bar. Ya más en confianza, me atreví a preguntarle si tenían algún sitio especial para poderme cambiar de ropa y muy sonriente me dijo “no, no tenemos, pero en la zona de los baños, se tiene suficiente espacio para lograr una transformación y se tienen espejos muy grandes para lo que se requiera” y agregó “si gusta me acompaña”. Le dije a Armando que me esperara unos minutos que ya regresaría.

Entré a los baños y ahí si estaba perfectamente iluminado y al ver a 2 travestis más, una cambiándose ropa y la otra terminándose de pintar, me hizo actuar con naturalidad. Saque mi vestido y peluca, pues ya llevaba puesta las medias, el porta ligas y por supuesto el hilo dental. Me puse primeramente los zapatos para luego ponerme el vestido y la peluca. Creo que un poco se me noto la torpeza al vestirme que la chica que recién se acaba de terminar de pintar muy amablemente me dijo “si gustas te maquillo, te notas un tanto nerviosa” a lo que le respondí “realmente si, si estoy un poco nerviosa y es que ando con mi novio y es nuestra primera vez que tenemos esta cita y estamos despidiéndonos de esta bella ciudad”. La chica me dijo “con mucha más razón, déjame hacerte unos retoques para que lo impresiones”.

Cuando Vivian (así se decía llamar mi nueva amiga), termino su trabajo, ni yo misma me lo creía, realmente me veía como una mujer interesante. Le di un abrazo y un beso de mejía y salí. Entregue mi paquete varonil al encargado del bar y me dio una ficha para su posterior reclamo. Al verme Armando, se levantó, me dio un abrazo y me dijo al oído “que linda te vez zorrita, esa es mi putita” y me sobo las nalgas. Me tomó de una mano y me dijo “da una vuelta para observarte completa”, me levantó la mano y como el vestido estaba exageradamente corto, se me vieron las nalgas y terminamos en un abrazo.
En ese momento estaba saliendo una música suave, tipo bolero y sin soltar mi mano, Armando me llevó a la pista de baile y abrazados como toda una pareja, nos pusimos a bailar, yo le eche mis brazos sobre sus hombros y él me agarró de la cintura, estuvimos así y al rato, comenzó a pasar sus labios por mi cuello, morderme las orejas y como todo mundo estaba en lo suyo, llevo sus manos a mis nalgas y me las acariciaba; le dije que quería que vieran que él era mi marido, mi amo y yo su mujer sumisa, que quería que me exhibiera. En respuesta, Armando me subió el vestido, a tal grado que todo mundo podía apreciar mi culo y como él me lo acariciaba. Yo lo besaba como loca, metía mi lengua para jugar con la suya y ya desinhibida, le acariciaba el paquete por sobre el pantalón.

Después de bailar unas 3 piezas, nos fuimos a sentar y ya bien calientes, le saque la verga por debajo del mantel de la mesa y se lo acariciaba, lo sobaba y se la pelaba con movimientos de arriba abajo. Armando me dijo “ya no puedo mas, ponte a chupármela para acabar en tu boca”. Yo como niña obediente y sin importarme nada, me agache y comencé a succionar esa hermosa verga, a los pocos minutos, mi hombre me estaba dejando ir un chorro de semen que fue a parar en toda mi boca y no permití que ni una gota se desperdiciara.


Esa noche y semana fue inolvidable, me sentí realizada como mujer y pude gozar libremente sintiendo hasta lo más profundo de mis entrañas como Armando me poseía con aquel deseo y pasión como si realmente se tratara de su mujer. Llegamos al hotel, tuvimos una noche loca de sexo, me penetro de todas las formas que quiso para terminar con su favorita “armas al hombro”. Al final quedamos exhaustos y nos dormimos.

A la mañana del domingo, casi aún borrachos, nos levantamos a bañar pero por lo tarde que se nos hizo y teníamos que estar en el aeropuerto, salimos a la carrera. Ya en el avión, Armando me tomo de la mano y me dijo “gracias por estos días maravillosos que pasamos juntos, espero que de vez en cuando podamos salir y recordar estos momentos”, yo le dije “papi, pongamos los pies sobre la tierra, yo tengo a mi esposa, tu, la tuya y aparte de eso, podemos cometer alguna imprudencia en el trabajo, por lo que lo mejor y más sano sea que esto lo veamos como una aventura pasajera y sigamos como antes nuestras vidas”. Armando se quedo en silencio, pero la verdad es que aún hoy de vez en cuando y sobre todo cuando él tiene problemas con su esposa, me invita aun par de cervezas para que sea su confidente y pues, casi siempre terminamos enmotelados y me hace el sexo.

Espero les haya gustado esta fantasía y el baby doll usado en esa semana divina, con amor

Vanessa Jazmín.