jueves, 20 de septiembre de 2012

Relación de un bisexual con una lesbiana

Como les he comentado en algunos de mis relatos, siempre he sido curioso por todo lo relacionado al sexo, por lo que siempre que puedo me meto a páginas eróticas.

Mi relato es de hace unos 6 años atrás, en los que visitando la página web del marqueze, me encontré con una sección de fotos de gente de El Salvador que buscaba todo tipo de relaciones, desde relaciones heterosexuales, simple amistad, hasta relaciones entre hombres y mujeres. Fue así como me encontré con Xenia (nombre ficticio), una chica de 28 años que tenía interés en relaciones con hombres y con mujeres. Las pocas fotos que había subido, dejaban ver a una mujer interesante e inmediatamente me llamó la atención, sobre todo por sus aficiones y la curiosidad que siempre quise saber cómo se comportaba una chica lesbiana.

Mi curiosidad me llevó a contactarla, pues ahí estaba su correo electrónico. Casi de inmediato me mandó su respuesta y me gustó que se veía bien espontanea y abierta. De hecho ambos nos simpatizamos y a la vuelta de 3 correos nos estábamos diciendo claramente lo que éramos, uno bisexual pasivo y la otra lesbiana.

En lo personal me fascina tener fotos de cuerpos desnudos o semis desnudos, sobre todo cuando son personas de carne y hueso que en cualquier momento me las puedo encontrar en mi camino, fue así como después de varias suplicas de que me enviara fotos suyas en poses sugestivas, me regalo prácticamente toda su colección, la cual me hizo desearla y que ambos disfrutáramos de lo que somos y sentimos sexualmente.

Después de dado ese paso, le dije que si nos reuníamos para conversar sobre nuestras actuales relaciones y vida, fue así como ella me dio su número de celular y un sábado que yo estaba fuera de casa (lejos de mi esposa), me entró el deseo de llamarle. Fue una llamada curiosa, pues a media platica le cayó una llamada de su marido, bueno digamos que ella era amante de él, por lo cual me tuvo que cortar, diciéndome que le llamará luego. Dejé pasar unos minutos y entablamos la conversación y me dijo que me quería conocer y fue así como quedamos de vernos un lunes a la salida de nuestros trabajos, por lo que me dijo donde trabajaba y pasé por ella.

De nuevo pasó un caso curioso, se subió a mi carro y me dijo que fuéramos a dar una vuelta al centro y que luego regresáramos a su trabajo porque ahí pasaba “su marido” a recogerla. Solo platicamos unos 10 minutos, los cuales fueron suficientes para que ambos sintiéramos atracción el uno por el otro.

Al tercer encuentro, recuerdo que yo andaba con un hilo dental y nos fuimos a enmotelar, cuando ella me vio en ropa interior femenina (lo cual ya sabía que me gustaba usarlas), me dijo que le gustaba como me veía y eso despertó su morbo, se prendió de mis tetitas y me acariciaba las nalgas. Eso me gustó e igual yo hacía lo mismo, ella se ponía a mil cuando le chupaban  una de sus tetas, prácticamente era su debilidad. Tuvimos sexo relativamente normal y la pasé a dejar al lugar donde se vería con su marido. Esa era mi primera vez que yo sentía el morbo de andar cogiendo con alguien comprometida y a la vez lesbiana.

En la segunda ocasión que nos encontramos, ella ya iba más preparada y fue lo más fascinante y que era lo que yo me esperaba. Yo ese día me había puesto una tanga y recuerdo que ella al verme así me dijo “hoy vas a ser mía putita”, de nuevo se prendió de mis tetitas, las cuales le fascinaban porque tengo de donde agarrarlas y me puso frenético, le decía que era suya y que me gozará y ella me decía “vamos a gozar las dos, putita”.  Me quito la tanga y me puso con las nalgas para arriba y se acostó encima mío y se puso a tortearme deseando que su vagina fuera un pene para penetrarme y con sus manos me acariciaba mis tetas. Yo estaba gozando y aún me esperaba más.

Ya con mis hormonas femeninas puestas a mil, le pedí a Sonia que me metiera un dedo, que quería sentir algo adentro de mi culo y en respuesta ella me dijo “te traigo una sorpresita”, se paró y de su bolso de mano, sacó una verga de hule de esas que tienen forma de glande a ambos lados y medía no menos de 40 centímetros y un grosor de unos 10 a 12 centímetros. A pesar de mis aventurillas y edad, pues yo casi le doblaba la edad a Sonia, jamás había tenido ni en mis manos ni en mi culo algo tan cercano y parecido a una verga de verdad, con el fenómeno de las dos cabezas.

Recuerdo como si hubiese sido ayer, que ella se metió un poco menos de la mitad en su vagina y se le veía como si era un pene, como una transexual, me dijo que me pusiera en 4 patas y a mi parte (la que me iba a meter) le hecho vaselina. Yo ansiaba que comenzará con su mete y saca. Con una mano se agarró la verga de hule y con la otra me agarro mi cadera, me metió la cabeza y me dijo “te gusta putita”, yo le dije que si, que me hiciera gozar. Comenzó con el mete y saca y yo le pedía más, me estaba haciendo gozar a mil, realmente me estaba violando, ella disfrutaba y me decía toda clase de expresiones, cosas como “vos sos mi puta, que ricas nalgas me estoy comiendo, sos rica, te voy a romper el culo, te gusta, te gusta puta cabrona, sos mi puta cabrona”, yo a todo le decía si, si, si.

Cuando se aburrió de romperme el culo, se sacó la parte que ella estaba disfrutando y me dijo “méteme tu verga, la quiero disfrutar”, ella se acostó y yo aún con mi pedazo de juguete adentro de mi culo, le metí mi verga que estaba super parada y me decía “que verga más rica papi, soy tu puta, gózame” y yo entiendo que le gustaba que le dijeran palabras obscenas, le comencé a decir “hoy te toca gozar mi verga puta, sos una puta rica, cabrona, sos una zorra, sos una ramera, te voy a hacer gozar como no lo hace tu marido puta” y le apretujaba las tetas y ella me decía “dale cabrón, písame, soy tuya y goza tu pija”, yo con una de mis manos, me comencé a meter más la pija en mi culo y estaba disfrutando ambas situaciones y cuando menos acordé todo el juguete lo tenía completamente metido en mi culo, es decir que tenía los 40 centímetros de pija artificial destrozando mi culo.


 
Al rato, ambos terminamos en el mismo momento, algo que la hizo a ella estremecerse y agradecerme y me dijo “nunca creí que iba a encontrar a alguien mejor que Oscar, que era su marido. Yo saque mi verga de su vagina y con mi juguete aún en mi culo, me fui para el baño, ahí me lo saque y se imaginaran lo sabroso y hasta sentía toques eléctricos cuando iba para afuera. Como estaba sucio, me tocó lavarlo y sentía rico el estarlo tocando con mis manos, deseaba que fuese de verdad.

Cuando estábamos descansando y completamente sudados, estuvimos platicando de nuestras vidas y ahí comenzó a nacer una relación que duro 3 años y que por haberse enterado mi esposa, tuvo que terminar. Pero esos 3 años fueron de las pocas épocas maravillosas de mi vida. Teníamos relaciones anales (ambos), de hecho a ella le gustaba más que la cogiera por el culo que por la vagina y pues se imaginarán que ella era la dueña de mi culo y que casi en forma simultánea tuve la relación sexual con mi amante Ricardo (la conquista por internet que les relaté), pero mi relación con él, no se comparaba con la pasión con Sonia.

Con Sonia, sentí el morbo de tener sexo en su oficina, en mi oficina, en el carro e incluso ella a petición mía se entregó a uno de mis hijos; ese día, después de haber pisado dos veces con ella, se baño y se la fui a dejar a mi hijo al lugar en donde ya habíamos quedado de acuerdo y se la llevó al mismo motel de donde acabábamos de salir. Cuando me hijo llegó a la casa me dijo “una que rico pisa esa chava papi, gracias por prestármela”

Realmente ella vivía el sexo de ambos lados y abiertamente me dejaba cuando una pareja la llamaba para tener tríos y fue así como con ella viví mi única orgía en la que a ambos nos cogieron y que se las contaré en otro relato. Con ella viví mis dos mundos, como hombre y como la mujer que llevó muy dentro de mi ser.

Finalmente contarles que tanto nos identificamos que ella término con Oscar y de su relación de más de 6 años y que juraba que era el amor de su vida, por mantener las relaciones conmigo, pues él se volvió muy exigente y le pedía que dejará cualquier relación que tuviese ella, pues él sabía perfectamente que su debilidad era el sexo tanto con hombres como con mujeres pero que solo eran aventuras pasajeras, pues también a él lo cogía con el juguete, pero yo gané la batalla y es algo inolvidable.

Espero les haya gustado y dejen sus comentarios.

Con cariño: Vanessa Jazmín

Vean mi lindo juguete que mi Sonia me hacía disfrutar siempre.

Adicto a mi hermano (gay)

Nunca me imaginé que iba a ser capaz de llegar a desear que mi hermano 4 años mayor que yo, me poseyera, pero una noche de borrachera cambio mi forma de mirarlo.

Todo fue hace unos 10 años. Mi hermano Mauricio (nombre ficticio), había venido de los Estados Unidos a vacacionar. Los primeros días pasaron sin ninguna novedad, pero se llegó el día viernes y como acostumbramos, fuimos al supermercado y compramos varias cajas de cerveza. Llegamos a la casa y comenzamos a tomar como a las 6 de la tarde, ya entrada la noche y que todos en la casa ya estamos dormidos, mi esposa se fue a la cama y nos dejó solos en la sala.

Mauricio ya bastante tomado, me dijo que si no había problema en quedarse solo en calzoncillo (trusa), aduciendo que tenía un gran calor, le dije que no había problemas y prácticamente quedó casi desnudo, seguimos tomando y contándome sus aventuras sexuales, pues ya tenía varios años de divorciado y a sus 48 años en aquel entonces (2004) estaba bien entero y como práctica la natación y se cuida su cuerpo, pues se veía en muy buena forma y con su pecho bien peludo, lo hace verse bien interesante.

 El oírle sus aventuras contadas con lujo de detalles, hizo que mis hormonas femeninas se me alteraran y comencé a verle e imaginarse su pene que escondía detrás de su calzoncillo. Cuando se llegaron pasadas las 12 de la noche y con evidente estado de embriagues, le dije a mi hermano que se fuera a acostar, pero al quererse levantar, ya no pudo y tuve que llevarlo hasta su cama. Yo en ese instante ya lo estaba deseando y solo me cercioré que todos estuviesen dormidos. Una vez asegurado me regresé al cuarto en donde estaba mi hermano, el cual en los pocos segundos que lo dejé, ya estaba bien dormido.

Me le acerqué y me senté a un lado de la cama y para ver si realmente ya estaba bien dormido, le pregunté si lo arropaba y como no recibí ninguna respuesta, con todo temor, llevé mi mano a su pija, por sobre el calzoncillo, se la sobé y como no dio muestras de nada, me atreví a ir más allá y se la saque.  Lógicamente la verga estaba aguada, era de tamaño normal pero gorda, acerqué mi boca y le di un beso en el glande. Ya dado el beso nada me detuvo para llevármela a la boca, me la metí por completo y de repente sentí como iba creciendo adentro de mi boca hasta pararse por completo. Me desprendí de la verga solo para verlo y se mantenía bien dormido. Momento que aproveché para pasar mi lengua, por todo el tronco y meterme en la boca primero un huevo y luego los dos. Mi deseo era hacerlo terminar en mi boca.

Me metía y sacaba la verga para que mi hermano sintiera mi boca como vagina, acariciaba su pecho peludo y como a los 20 minutos que sacie mu boca con la pija de mi hermano, me dedique a mastúrbalo y cuando calcule que ya iba a terminar, volví a poner mi boca para que el semen no cayera en su cuerpo. Me lo tragué todo y el lindo de mi hermano, se quedo quieto como un buen bebé.

Al día siguiente, nos levantamos y armamos viaje para la playa, mi hermano pagó la habitación de un pequeño hotel y a mediodía nos pusimos a beber de nuevo. Mi esposa nos dejó solos en lo que ella se iba a la playa con mis hijos y Mauricio me sorprendió cuando me dijo “te gustó lo que te comiste anoche” y yo como si nada le dije “la carne que hizo la vieja” como haciéndome el pasmado. Mauricio nuevamente me dijo “nombre brother, no te hagas el maje, según vos, yo estaba dormido” y yo me quede mudo y solo alcancé a decirle “perdóname brother, es que fue el calor de las cervezas” y él muy tranquilamente me dijo “nombre tranquilo vos y si la cerveza te produce eso, pues ni modo”, le dije que me guardara el secreto y a lo que me respondió “puta, lo que pasa es que ahora soy yo el que te quiere coger”, al estar solos, le dije “bueno, si quieres, aprovéchame ahorita que estamos solos”, en respuesta se levantó de la silla en que estaba y me dijo “vente para adentro del cuarto” y cuando me levanté me acaricio las nalgas.

Ya adentro del cuarto, se sacó la verga y me dijo que se la chupara para parársela, yo me agache y de nuevo comencé a lo que dormido le había hecho, me dijo que se la chupaba rico y luego se puso un preservativo y me hizo que me pusiera de nalgas a la orilla de la cama, su verga era pequeña, pero como era gorda, me dolió cuando me metió la cabeza y le pedí que no me la metiera de un solo, que se quedara un momento quieto en lo que mi culo se dilataba. Me dijo que le gustaba porque se veía que a pesar de mi edad, estaba bastante socadito.  Le dije que ya podía írmela metiendo despacio, cuando ya la tenía toda adentro, comenzó a moverse y me decía, “que rico, estas, jamás me imagine que me iba a echar a un hermano, ummmmm, que rico” y así terminó adentro mío.

Luego me dijo “lástima que solo una semana me queda ya para regresar a los Estados Unidos, pero por lo menos unos dos polvos más te voy a echar antes de irme.


Y así fue, antes de irse me hizo suya dos veces más y hoy siempre que viene, le pertenezco.

Besos a tod@s las personas que me leen.

Vanessa Jazmín

lunes, 17 de septiembre de 2012

Mi primer conquista gay por internet

Siempre tuve curiosidad por saber si los anuncios para establecer algún tipo de relación realmente eran leídos y correspondidos. Por lo que un día de por el año 2007 y teniendo mis hormonas femeninas alteradas, decidí poner un anuncio que no recuerdo en que web lo hice, pero que me ponía a disposición de cualquier hombre para que me penetrara y más aún para establecer una relación permanente. En el anuncio decía que era una persona madura, labios carnosos, piel morena y que me gustaba ser penetrado, pero que no tenía una pareja que me lo hiciera.

Me sorprendió el ver que al siguiente día ya me estaban cayendo varios correos, los cuales complacieron mi ego, al saber que siendo hombre  o casi hombre, era deseado por otras personas de mi mismo sexo. De todos los correos recibidos, realmente uno me llamó la atención, ya que sabiendo que yo tenía más de 45 años, me decía que quería conocerme y tener la posibilidad de ser mi amante, pues sabía que yo era casado y tenía mi hogar.

Le respondí y le mostré mi interés por seguir en contacto y le pedí más detalles de su persona; casi al instante me contestó, diciéndome que era un joven estudiante de ingeniería y por obvias razones no diré de qué Universidad, que tenía 23 años, color de piel blanca, delgado y que no tenía ninguna experiencia homosexual, pero que estaba interesado y sobre todo con alguien de mi edad para que le enseñara. Yo le respondí que si bien tenía ya mi edad, mi experiencia en ese campo no era tan de experto, pero que podríamos ver si hacíamos una buena pareja, dependiendo de la química que tuviéramos.

Para animar aún más a Ricardo (su nombre ficticio), le mandé unas fotos mías mostrándome en hilo dental y tangas que de escondidas de mi esposa me había comprado y además que dejaban mostrar mis nalgas, las cuales por suerte mía no son peludas, más bien son lisitas como las de las mujeres, a excepción de un par de pelos que desgraciadamente tengo en la rajita.

Como suponía dada la inexperiencia de Ricardo, la casi docena de fotos que le mandé lo excitaron, respondiéndome que él solo ver mis nalgas le habían hecho masturbarse pensando en mi. Eso me halago y le dije que nos pusiéramos de acuerdo para conocernos. Entre correo y correo, nos pusimos de acuerdo que para un viernes antes de entrar a la Universidad nos viéramos para conocernos y platicar aunque fuese unos minutos.

Llegado el día acordado, como a las 5 de la tarde, Ricardo me estaba esperando a la entrada de la Universidad, le pité y se subió al carro. Como él tenía clases, buscamos una calle cerca de la U que se veía bastante desolada y nos parqueamos. Ricardo no era guapo, pero si tenía el aíre de inocencia de su falta de experiencia para ligar con otro hombre. Con su pelo largo, ojos color café, comenzamos a platicar de cosas sin importancia. Ambos bastante nerviosos, pues para mí, realmente era mi primera cita con alguien conocido en la red. Me atreví y le puse mi mano derecha en su pierna, él en respuesta, se acomodó a manera de quedar más a mi disposición. De la pierna pasé a su verga y comencé a sobársela; a los pocos segundos, ya se la sentía bien parada.

Sin preguntarle nada, le baje el zipper de su jeans y metí mi mano para sacarle la verga, la cual no era grande ni gruesa, pero si apetecible, fácilmente me cupo toda en la boca, la deleite pasándole la lengua por su cabeza y sentí como su liquido pre seminal se le empezaba a salir y comencé a utilizar mi boca como si fuera vagina, me la metía y la sacaba y Ricardo solo atinaba a acariciarme mi pelo; a propósito de pelo, debo confesar que no me gustó mucho que él no se rasuraba su pelvis, por lo que tuve más de una vez de sacarme unos pelos que se me quedaban en la boca.

Ricardo gemía de placer, seña de que estaba disfrutando de la mamada de verga que le estaba haciendo. Así estuvimos como por 15 o 20 minutos y cuando estaba por explotar, me dijo “ya voy a terminar” y yo le dije “termina en mi boca papi, quiero probar tu leche”, la engullí y me la metí toda, sintiendo como su semen caía sobre mi paladar, era espeso y abundante. Luego de exprimirle hasta la última gota, ya aguada la verga, se la guarde y arranqué el carro para dejarlo justo a la hora de comenzar su clase.

Como estábamos cerca de la Universidad, no tardamos en llegar, por lo que no logramos despedirnos y quedar en algún acuerdo; sin embargo, al día siguiente me estaba escribiendo diciéndome que había sido lo máximo con él y que le había gustado y si nos podíamos ver nuevamente pero que ahora quería poseerme. Siendo miércoles quedamos en vernos el viernes a las 5 de la tarde. Llegado el día y aunque un poco nervioso, pasé a recogerlo siempre en la Universidad y nos fuimos a un pequeño motel que estaba algo cerca de donde estábamos. Entramos y lo primero que hice fue solo dejarlo en calzoncillo o trusa y le dije que me permitiera tomarle unas fotos, a lo cual no se negó y luego yo me quede en un hilo dental negro que me había comprado para la ocasión y él me dijo que también quería tomarme unas fotos así solo con el hilo dental, me las tomó y luego veré de compartirlas con ustedes mis amados lectores y lectoras.

Luego de la sesión de fotos, me le fui a su verga y nuevamente comencé a chupársela, luego de unos minutos, ya estaba en su máxima expresión, él se acostó y yo me le senté en su verga, la cual sin ningún problema se me fue hasta el fondo. Comencé a metérmela y sacármela y como a los 5 minutos ya estaba terminando mi amado Ricardo. Me dijo que lo disculpará pero que estaba deseoso de acabar en mi culo y me dijo que lo dejará descansar unos minutos y que de nuevo me pisaría pero sería más largo el tiempo de hacerlo terminar.

Aproveche para irme a asear, me bañé y luego me acosté a un lado de él y nos abrazamos. Pasada medía hora, comencé a acariciarlo y cuando su verga ya estaba repuesta, me puso en 4 patas y comenzó a pisarme como un loco, realmente estaba como poseído, pues estuvimos como media hora y en esa posición, ya me ardía el culo, pero no podía defraudarlo, le pedía que me diera nalgadas y le decía que era su puta, que me cogiera todo el tiempo que él quisiera, me pidió que me acostará que me quería coger como se coge a las mujeres, me acosté, me la volvió a enterrar y cruce mis piernas entre su espalda, al poco rato, me dijo “hay mami, me voy, me voy haaaaaa”, yo apreté mi esfínteres a tal grado que sacó su verga y el condón me quedo adentro de mi culito, me levanté y me fui al baño, ahí me senté en el inodoro y salió el condón. Me lavé el ano y luego lo llamé a Ricardo, quería bañarlo, pero antes se sorprendió cuando le dije “papi, quiero que te orines encima mío, para ser siempre tuya”, lo hizo y luego lo bañé, le volví a parar la verga y me pisó nuevamente en el baño, fue algo inolvidable.

Con Ricardo, tuvimos una relación de pareja de 3 años, pero al final lo dejé porque me estaba exigiendo mucho tiempo, incluyendo estar con él los fines de semana, lo cual por mi misma situación de casado, no lo podía complacer.

Quedamos como amigos, y la última vez que conversamos me dijo que se había encontrado a otro chero casado pero que por ser vecinos, lo tenía a cada rato como su mujer.

Espero les haya gustado este relato verídico.
Besos a tod@s.

Vanessa Jazmín.

martes, 11 de septiembre de 2012

El Reencuentro

Nunca me imagine que volvería a encontrarme frente a frente con Amílcar, se recuerdan del amigo de mi hermano mayor que me quería violar y que prácticamente me inicio en mi homosexualidad cuando yo tenía más o menos 14 años. Pues resulta que ahí por el año 2000, a mi esposa le dieron un dinero de indemnización y se le ocurrió que toda la familia hiciéramos un viaje a los Estados Unidos para que yo estuviera con una hermana que tenía años de no verla.

Por problemas laborales, mi esposa y mis hijos se fueron unos días antes, por lo que yo viaje solo. De forma inconsciente se me vino a la mente la imagen de Amílcar y la posibilidad de que pudiéramos vernos, pues él vivía en el mismo estado y cerca de mis hermanos.

Cuando llegué a Los Ángeles, me fueron a recibir mi esposa, hijos y mi hermana y la sorpresa fue que cuando llegamos a la casa de mi hermana, todos me estaban esperando, incluyendo Amílcar. Abrace a todos y por último a mi recordado Amílcar. Estaba panzón, algo gordo y como siempre con su característico olor a mecánico. Cuando lo abracé me susurro “espero no me hayas olvidado”; presagio de que íbamos a consumar lo que por mi temor a mi corta edad no me atreví: entregármele y ser suya.

Ese día, mis hermanos, Amílcar y yo nos pasamos de copas y de repente solo estábamos en la casa, mi esposa, mis hijos y mi hermana con su esposo y por supuesto Amílcar. De repente, también Amílcar, se comenzó a despedir de todos y yo le acompañé a tomar su vehículo, el cual lo había dejado bastante retirado y como ya era noche, recuerdo que le dije que se cuidará y se fuera directo a su apartamento. En ese momento, él me dijo que si nos íbamos a poder ver a solas para recordar viejos momentos. Le dije que si él quería, nos podríamos ver de alguna manera y que ahora a mis 40 y pico de años, si estaba dispuesto a entregármele. Por respuesta, se acercó a mí y me regalo un beso y me dijo que me iba a hablar para ponernos de acuerdo.

Hoy si tenía la seguridad de que el Reencuentro sería inevitable y mi corazón palpito fuerte y deseando que Amílcar me hiciera suya de una vez por todas.

Al día siguiente, mi hermana nos llevó a los Estudios Universal, por lo que no podía hacer mayor cosa, el segundo día, nos fuimos de paseo a varios lugares y ya para el tercer día, yo estaba desesperada por no saber nada de Amílcar. Creí que el tercer día pasaría sin mayor alarma. Para el cuarto día, yo estaba nerviosa y ocurrió lo esperado, como a las 5 de la tarde, mi hermana me pasa una llamada y me dice “hermano, te hablan”; al otro lado del teléfono estaba Amílcar y me dice que si tenía el resto de la tarde / noche disponible para salir con él, a lo cual sin saber si realmente podría le digo “claro, a qué horas pasas por mi” y me dice que en una media hora.

Le cuento a mi esposa que me acaba de llamar Amílcar para salir un rato y como ella ignora los antecedentes, me dice que está bien, que no me vaya a pasar de tragos. Me voy a la ducha y me preparó para el momento tanto tiempo esperado. Habían pasado más de 25 años sin saber de Amílcar y estaba a punto de suceder mi entrega total al hombre de mi vida. Aquél que me enseño a desear a un hombre, que me despertó mariposas en el estomago, aquél a quien debo mi inclinación sexual hacia los hombres.
Amílcar, sonó el timbre de la casa, yo acudía a abrirle y le dije que ya salía, que no valía la pena que entrara. Me despedí de mi esposa y le dije que pronto regresaría. Nos subimos al carro y una vez retirados del frente de la casa, Amílcar me tomó de la barbilla y me dijo “estas apetecible” y me regalo un beso, un beso que yo supe a gloria, lleve mi mano a su paquete y le dije, quiero que seas mío, quiero entregarme a ti, como tanto lo he deseado”, ¿adónde me vas a llevar?, le pregunté; me dijo que para no perder tiempo, iríamos a su apartamento, ya que se encontraba solo.

Me tomé la libertad de sacarle la verga e írsela acariciando, la llevaba bien parada y mantenía su grosor y sus venas bien saltadas. Llegamos al apartamento y al cerrar la puerta, me dijo que le chupara la verga, le desabroche el pantalón y se lo dejé a las rodillas, me agache y comencé a pasar mi lengua por su gran tronco. Me engullí el grande y comencé a utilizar mi boca como una vagina. Amílcar agarraba mi cabeza y me metía y sacaba la verga, hubo un momento que casi vomito porque me la metió hasta el fondo.

Al rato de estar chupando sus huevos y jugar con su verga en mi boca, me levantó y como era de esperarse, me llevó a su cama y me puso con las nalgas en la orilla. En las pocas experiencias que había tenido, nunca había tenido una verga tan gruesa como la de mi Amílcar, por lo que le dije que me tratará con cariño. Así lo hizo, primero me metió la cabeza y la dejó por unos segundos en los que mi ano se dilataba, luego comenzó con un suave mete y saca y cuando acordé, ya me la estaba dejando ir toda y sentía como sus huevos golpeaban mis nalgas.

No podía ser más hermoso, con mis piernas en sus hombros, le decía que finalmente era suya, que me pisará y gozará lo que por muchos años no pudo hacer. En mi éxtasis, le decía que quería ser siempre suya, que si me lo pedía, iba a ser su mujer por siempre. El se movía como si de verdad estuviese pisando a una mujer. Después de un buen rato de tenerme en esa posición, me dio vuelta y me dijo que me pusiera de torito. Agarró mis caderas y hoy, si de un solo me la había dejado ir, me saco un grito, pero me dijo “llorona” y le dije “dale papi, que no te importe lo que haga o diga, hazme tuya y hazme lo que tu quieras, dame nalgadas papi, te quiero sentir”. Amílcar mientras me pisaba, me daba nalgadas y cada vez más fuertes. De repente me dijo, “me voy, me voy, haaaaa, haaaa”.

Saco la verga y todo su semen cayó en mi espalda, fue divino, me paré y con mi clítoris aun dormido, me puse a masturbarme y me vine bien pronto, como siempre mi penecito, aún seguía flácido y eso me gustaba.

Nos quedamos en la cama, ambos desnudos, lo abrazaba, tocaba su pecho y él me acariciaba mis tetitas. Le pregunté si estaba satisfecho y me dijo que sí, que sabía que algún día iba a completar su obra y que al igual que a mi hermano, me haría su mujer. Yo sin reproches le dije que si en los pocos días que me quedaban iba a volver a ser suya y me dijo “claro, siempre que podamos serás mi consentida”.

Tuvimos la oportunidad de estar juntos, en dos ocasiones más y en la última, me hizo el sexo en 3 ocasiones, lo cual aún después de casi 12 años de haber sucedido, lo recuerdo como si fue ayer.

Con todo cariño para mis lectores de: Vanessa Jazmin

lunes, 10 de septiembre de 2012

Relación tío - sobrino

Yo tenía como 45 años cuando mis sobrinos llegaron a la capital junto con mi Madre, pues mi hermano se los había dejado a ella cuando se separaron con su esposa, Mis sobrinos son una mujer actualmente de 44 años de nombre Alejandra, la cual tiene dos hijas Norma que ahora en el 2012 ya tiene 21 años y Karla que tiene 14 añitos  y un hombre de actualmente 46 años de nombre Carlos.

Resulta que mi sobrino, se hizo muy amigo de mi esposa a tal grado que todos los fines de semana llegaba a la casa para almorzar y pasar casi todo el día en casa. Siempre tomábamos cerveza los 3. Suponíamos que Carlos era gay, pues solo tenía amigos declarados gay y alguno que otro “hombre” que igual suponíamos con mi esposa que eran maridos de ellos.

Como saben, yo soy bisexual pasivo ya que me encanta ser penetrado y realmente ya con mi esposa no tenemos actividad de penetración, solo le hago sexo oral, pues mi clítoris no se me para.

Volviendo al relato, haya por el año 2000 me pico el gusanito de averiguar si mi sobrino realmente era gay, por lo que cada vez que llegaba a la casa y como mi esposa se dedicaba a cocinar, nos dejaba solos en la sala, poníamos música y siempre ya sea mi sobrino Carlos o yo estábamos pendientes de que mi esposa siempre tuviera una cerveza en la mano. Yo siempre me he acostumbrado que cuando estoy en casa, solo me pongo una calzoneta bastante floja y no uso calzoncillos o trusas como les dicen en otros lados, es decir que no uso nada más debajo de la calzoneta.

Un sábado ya en forma premeditada me fui al baño y me paré la verga, me senté en el sillón frente a Carlos y cruce la pierna para que él pudiera ver mi verga parada. Funcionó como yo esperaba, Carlos no me quitaba la vista de mi verga y así pasamos como 3 fines de semana en donde él se deleitaba viendo la verga.  Como al mes, ya ambos bien conscientes de lo que hacíamos, se sentó a la par mía y hacíamos como si estábamos viendo la televisión y metía su mano por debajo de mi calzoneta y me acariciaba la verga, me la ponía bien dura y una vez ya no se aguantó y sabiendo que mi esposa casi nunca salía de la cocina, se agachó y se puso a chupármela. Esa tarde, al irlo a dejar como ya era costumbre, hizo que me detuviera en el camino y me masturbo.

Ese fue el comienzo prácticamente de nuestra relación, en la que yo también le sacaba su verga y ambos nos masturbábamos. Así pasamos varios meses siempre que lo iba a dejar. Hasta ahí habíamos llegado, ya que aún no nos habíamos penetrado; pero resulta que una vez, a mi esposa se le pasó la mano con la cerveza y como a las 3 de la tarde dijo que se sentía mal y se fue a dormir. Le dije que no se preocupara que solo termináramos de ver una película con mi sobrino y lo iría a dejar.

Una vez mi esposa se quedó dormida, me dijo Carlos que lo fuera a dejar que estaba solo en la casa, pues todos habían salido y regresarían hasta tarde. Nos subimos al carro, él entró a la casa y al no haber nadie me dijo que me bajara. Una vez cerrada la puerta, me abrazo y me dio un beso, nos besamos, cruzamos nuestras lenguas y ambos nos besamos las tetitas. Me quitó mi ropa y se prendió de mi verga, yo le acariciaba la suya y nos fuimos para la cama. Nos pusimos en un 69 y ambos nos chupábamos la verga. Cuando ya estábamos bien calientes los dos, le dije que él me pisara primero. Como todo un precavido, saco una crema lubricante y me unto en el ano, estando Carlos acostado y con la verga bien parada, me senté en ella y poco a poco me fui sentando en ella hasta tenerla totalmente dentro mío. Me empecé a mover para hacerlo terminar y  él me acariciaba mis tetitas. Yo estaba disfrutando de esa pija. A los pocos minutos termino y me dijo que quería que lo pisara yo a él. Se puso en 4 patas y le enterré mi verga. No tardé ni 5 minutos en irme en su culo.

Esa fue nuestra primera penetración y luego tuvimos una relación como de 4 años, relación que cortamos porque él se fue a otro departamento del oriente del país y se acompañó con un amigo y se declaró gay. Ahora toda la familia lo sabe y ya desde el 2005 no he sabido mayor cosa de su vida.

Tal vez, la separación fue lo mejor que nos pudo pasar, pues yo ya no lo penetraba y él por complacer mi homosexualidad siempre lo hacía, aunque a él le gustaba más que lo penetraran igual que a mí, pero tenía quien lo atendiera. Yo fue su mujer en todo ese tiempo y él fue mi primera relación duradera.

Por cosas del destino, luego de terminar con Carlos, me entró el morbo de hacer mía a su hermana; es decir mi sobrina Alejandra y hoy en este año 2012, mi sobrinita Norma (la hija de Alejandra) también se entregó a mis brazos. Ambos relatos una vez los termine, los compartiré con mis lectores.

Besos Carlos, en donde quiera que estés y con quien estés.

Con cariño: Vanessa Jazmin.

La historia de un travesti y su tío

Este relato me lo encontré en una web de relatos y me fascino, me identifique con el chavo, por lo que lo dejo en mi blog para que se deleiten con él. Mi relato de "Relación tío - sobrino", si es mi experiencia con mi sobrino cuando él tenía 34 años y yo 45 y estuvimos cojiendo por más de 4 años. Les dejo la historia de un travesti y su tío.

Soy un travestí de closet que no se atreve a salir a la calle como mujer, pero eso no importa, lo que importa es que una persona me quiere tal y como soy, y esa persona para mí es muy especial porque es la persona que me hace sentir toda una mujer y sé que yo lo amo más que su esposa, esa persona es mi tío y lo amo con toda mi alma aunque no podamos estar juntos.
Todo empezó cuando yo tenía recién cumplidos los 18 años y estaba por graduarme, mi tío en ese tiempo tenía 29 años y visitaba con frecuencia nuestra casa ya que como en ese tiempo estaba soltero y no tenía nada que hacer después de que salía de trabajar, iba a platicar un rato con su hermano que es mi papá, llegaba como a las 3 y media mientras que mi papá llegaba como a las 4 de la tarde, en ese tiempo mientras que llegaba mi papá, mi mamá hacia la comida y yo y mi tío jugábamos baraja, domino o algún videojuego, ese tiempo con mi tío era para mí, muy maravilloso, ya que desde que recuerdo el siempre ha sido una figura madura para mí y aunque de niño me sentía confundido ahora sé que siempre me gusto aunque sabía que debían gustarme las niñas, pero para mí ese rato en el que jugábamos, era lo máximo y me encantaba estar cerca de él y sentir su olor cerca de mí, ya luego cuando llegaba mi papá, comíamos y yo siempre quería sentarme a su lado, a veces no podía y me ponía triste, pero cuando si podía sentarme a su lado era lo mejor para mí.
Un día que salí temprano del colegio, como a eso de las 11 de la mañana, me fui a mi casa y adoraba esos días porque tendría la casa sola para mi, y podría ponerme la ropa de mi hermana que en esa época tenia 21 años, era mayor que yo pero su ropa me quedaba muy bien, entonces me apresure a llegar a mi casa y vestirme como la princesa que yo me sentía, llegue y me fui directo al cuarto de mi hermana, abrí el cajón de su ropa interior y saque unas pantaletas rositas que me encantaban y que decían en la parte delantera “Kiss Me”, me apresure a desvestirme y a ponerme esos calzoncitos que me volvían loca, luego me fui a su closet y saque una minifalda negra de lycra que se ajustaba muy bien a mis muslos y me hacía parecerme más a una jovencita nalgona, para ese momento me sentía cada vez como me encantaba sentirme, como una putita caliente en busca de sexo, me puse también una blusa rosita de lycra, para que combinara con mis calzoncitos, y unos tacones negros que tenía mi mamá, parecía toda una jovencita en busca de un hombre que la hiciera sentir mujer, caminaba por la casa tratando de enseñarme a ser coqueta con los tacones, me gustaba la sensación de la ropa y quería ser vista por alguien, cuando de pronto recordé que mi tío llegaría temprano también ese día, ya que iríamos al centro a comprar videojuegos, sabía que no tardaba en llegar y que debía cambiarme lo antes posible, cuando cruzaba la sala escuche que se abría la puerta y vi para mi sorpresa que era mi tío, el tenia llave de la casa, y se quedo mirándome parado en la puerta y yo a media sala quede petrificado sin poderme mover, sentí que mis piernas perdían fuerza y quise taparme con un cojín de la sala, entonces mi tío entro y cerro la puerta.
Sentí que su mirada de asombro cambio a una más comprensiva, y se acerco a mi, pero yo quería alejarme porque me daba vergüenza de que me viera así, aunque seguía algo excitado, me dijo: “ven siéntate un rato, quiero platicar contigo”, yo le dije que no, que tenía que ir a cambiarme de ropa, que no quería que me viera así y luego el me dijo con una voz más autoritaria: “te digo que vengas, quiero platicar contigo”, yo me acerque a el y nos sentamos en la sala, me pregunto si solo me gustaba vestirme de mujer o también me gustaban los hombres, no supe que contestar y me puse más nervioso, no podía mover mis labios y me volteé para no ver su hermosa mirada, entonces sentí su mano en mi mejilla, me hizo que volteara y que lo mirara de frente, pero yo desviaba mis ojos hacia otro lado, y me dijo ahora con voz suave: “contéstame lo que te pregunte”, yo no sabía qué hacer y tarde en contestarle, mientras el me quitaba el cojín con el que me había tapado, sentía que su mirada recorría mi cuerpo y me sentí desconcertado, no sabía qué hacer y por fin le conteste con voz temblorosa y casi inaudible: “también me gustan los hombres”, el se rió un poco y soltó mi rostro, miro al piso y yo no sabía que pensar de todo esto, me sentía nervioso y con miedo de que mi familia se enterara, estaba asustado y todo lo que se me ocurrió decirle, con una voz casi de llanto fue: “por favor tío, no le diga a mis papás”, sentí que estaba perdido pero luego el me miro y dijo: “no les diré yo te voy a guardar el secreto, pero tengo curiosidad de cómo te vez desfilando”, me sentir muy raro cuando escuche eso, era lo último que pensé que diría y me le quede viendo, me dijo: “perdón, pero es lo que me gustaría ver, porque no te maquillas y desfilas en la sala como si fuera pasarela”, me quede todo congelado y como él me gustaba tanto no podía perder esta oportunidad, no podía creer que me pidiera eso, me sentía ilusionado pero desconcertado al mismo tiempo, le dije que esperara, que me maquillaría con el maquillaje de mi hermana.
Me fui al cuarto de mi hermana y todo tembloroso me comencé a maquillar, me ponía sombras rositas y trataba de quedar lo mejor posible ya que no sabía maquillarme, cuando me pintaba los labios, también de color rosita, sentí una mirada, volteé y vi en la puerta a mi tío, me miraba de arriba a abajo y yo no pude retener el impulso de levantar mis nalgas, y a él le dio risa, me sentí una tonta y volteé de nuevo al espejo a terminar de pintar mis labios, sentí que se acerco a mis espaldas, tan cercas que sentía su respiración en mi cuello, lo vi que me miraba por el espejo y me dijo: “te hace falta una peluca”, mi hermana tenía unas pelucas que usaba cuando iba a los conciertos, y me puse una rosita, mi tío se sentó en la cama de mi hermana y se comenzó a tocar la entrepierna, yo no sabía para donde mirar y entonces el me dijo: “no te pongas nervioso, perdón, nerviosa” y soltó una carcajada, luego me dijo: “ándale, camina como si estuvieras modelando”, yo todo nervioso aun, comencé a caminar de un lado a otro del cuarto mientras él me miraba y me decía: “levanta mas las nalgas, junta mas las piernas, levanta la cara…”, yo hacía caso a todo lo que me decía, y entonces pensé que no habría problema con él, que no le diría a mis papas, el se veía excitado, pero eso no me quitaba los nervios que tenia, y entonces mire que ya tenía el pene fuera del pantalón y lo tenía erecto, lo sobaba con una mano mientras que con la otra se desabrochaba su camisa, yo me detuve y me quede mirándolo, el me dijo: “ándale, sigue caminando y súbete poquito la falda”, yo le hice caso y comencé a excitarme, el lo noto porque me sonroje, nunca había visto un pene, solo en películas, y al ser el de mi tío hizo que me excitara y que no pudiera creer la suerte que había tenido, ahora me sentía confiada aunque algo nerviosa aun, porque no sabía cómo complacerlo, entonces el me dijo: “ven conmigo, ¿es tu primera vez?”, yo le conteste con voz dulce: “si, es mi primera vez”, entonces el me dijo: “ven y siéntate en mis piernas, quiero que te sientas como una mujer”, yo fui con él y me senté en sus piernas, sentía entre las mías su miembro duro y caliente, lo sentía palpitar y me dio tentación de apretarlo con mis piernas y así lo hice, a él le dio risa y me dijo que lo apretara con más fuerza, yo le hice caso y sentí aun mas el calor de esa verga tan dura y tan caliente que me excitaba más, y me sentí más liberada, como si todo estuviera bien y así lo era, no podía creer que la persona que yo amaba desde niño y que también admiraba, ahora me trataba como su mujer, me empezó a gustar esa sensación y me levante dándome media vuelta, me miro y noto que estaba decidida a hacer todo lo que quisiera, me le quede mirando a los ojos y me dijo: “híncate y chúpame la verga”, yo le di mi mirada más cachonda y me hinque, tome con ambas manos aquel miembro tan duro y lo metí en mi boca, wow, que hermosa y maravillosa sensación, sentir una vergota en mi boca, sentir su calor y el palpitar de sus venas, saber que le daba placer a mi tío me calentó más y le llene de saliva aquel hermoso miembro, mientras el con su mano movía mi cabeza de arriba a abajo, me daban ganas de comérmela hasta la garganta y sentir cada vez más dentro su verga tan dura y venosa, estaba tan excitado que comencé a tocar mis pezones por encima de la blusa, me sentía toda una jovencita deseosa de aprender todo lo que a mi tío le diera placer, me encantaba escuchar su voz de placer mientras yo le chupaba la verga, hacia que yo me calentara mas, luego el me dijo: “levántate y date media vuelta”, yo lo hice rápidamente pues estaba a su completa disposición, el se levanto y se puso detrás de mi, sentí su olor tan cerca de mi, que sentía una excitación tan grande que hice que mi trasero tocara su miembro, se sentía tan rico, sentía que rosaba por encima de la minifalda y eso me calentaba haciendo que me pegara mas y mas a él, mientras el comenzó a besar mi cuello y a tocarlo con una mano mientras que con la otra tocaba mis piernas, yo me dejaba llevar por las sensaciones, me volvía loca y me excitaba mucho, seria que era todo su centro de atención y eso me encantaba, dejaba que me tocara todo lo que quisiera y mientras tocaba mis nalgas me dijo: “eres una niña hermosa, me vuelves loco princesa”, yo me sentía en las nubes porque él me había llamado princesa.
Sabía que él estaba caliente y por eso lo decía, pero dentro de mí, esa sensación de morbo al saber que era mi tío el que me tocaba, hacia que estallara de placer y al sentirlo tan cercas de mi, me provocaba embarrarle mi trasero en su verga que me parecía cada vez más rica y más grande, seguía besando mi cuello y por fin me levanto la minifalda, manoseaba como loco mis nalgas, mientras yo sentía ahora el calor de su pene entre mis piernas, me movía de adelante hacia atrás mientras que con mis piernas abrazaba su verga, el me acompaño en el movimiento y comenzó a besarme en mi mejilla cerca de mi boca, yo no me aguante y lo bese, el me correspondió metiendo su lengua en mi boca, me estaba volviendo loca, yo amaba a mi tío y lo tenia como mi amante, mi calor subía cada vez mas y comencé a tocar su verga con mi mano para acomodarla entre mis nalgas, me encantaba sentir su palpitar a través de mi mano y a través de mi ropa interior, entonces el me dijo: “ya no aguanto”, y de un tirón me bajo los calzones, me sentí tan expuesta y tan libre, y sentía ahora más rica su verga entre mis nalgas, sentir ese pedazo de carne tan duro me volvió loca, mientras el con la manos que tocaba mi cuello, la puso en mi espalda y me dijo que me inclinara, yo le obedecí rápidamente y con su otra mano separo mis piernas, tenia los calzones a la altura de mis rodillas y esa sensación de sentirme usada me encanto, sentí entonces que llenaba mi ano de saliva, sabía lo que iba a pasar pero aun así estaba nervioso, era el primer pene que me iban a meter, hasta ese momento solo me había masturbado con un dildo que tenia, pero no era tan grueso como la verga de mi tío, así que después de llenarme las nalgas de saliva, comenzó a frotar su miembro entre mis nalgas, y me encantaba sentir su cabeza en mi ano, aun no estaba adentro y ya me estaba volviendo loca, sentí entonces que su cabeza comenzó a hacer presión en mi ano, yo apreté por reflejo y entonces mi tío me dijo: “relájate, estas caliente y no te va a doler”, yo le hice caso y entonces sentí que entraba de a poco a poco, y gemí despacito, me tío lo noto y me pregunto que si me gustaba, yo le conteste con voz de putita que sí, que me encantaba sentir su verga dentro de mí, eso lo excito mas porque sentí que se movió su pene dentro de mí, entonces se movió mas bruscamente, sacando y metiendo su miembro de mi, haciendo que mis nalgas chocaran con sus piernas, estaba volviéndome loca de tanto placer que sentía, así que comencé a masturbarme y luego luego llegue al orgasmo, fue hermoso sentirlo con una verga en mis nalgas y aun mas si era la de mi tío, el aun no terminaba, duro como unos cinco minutos más, dándome por mi trasero, hasta que sentí mas calor en mi ano, supe que ya había acabado.
La saco de mi y sentí el semen escurriendo entre mis piernas, me encanto la sensación que provoco su semen en mis piernas, me subí los calzones mientras el se subía el pantalón, lo mire y se me quedo viendo mientras el sonreía, me dio risa también y me dijo: “bueno ni modo que te lo tenga que decir, pero no le digas a nadie ¿he?” yo solo me reí, le conteste que por supuesto nadie se enteraría, luego me abrazo y me dio un beso, no fue mi primer beso pero si fue el más hermoso de toda mi vida, nunca olvidare ese beso, luego él se fue y yo me metí a bañar, saliendo de bañarme me puse a limpiar el cuarto de mi hermana y lavar su ropa, acomode todo como si nada hubiese pasado, esa fue mi primera vez con un hombre, el hombre que hasta hoy día sigo amando y que nos seguimos viendo cuando podemos, ahora diez años después el está casado con una mujer que el ama, yo se que solo soy un gusto y un juego morboso para mi tío, aunque él me dice que me quiere y me ama, yo sé que no es así, pero para el siempre estoy dispuesta ya que lo amo con todo mi corazón y toda mi alma, estoy entregada a él, aunque sea casado y aunque sea mi tío.

Mi inolvidable experiencia sexual en Costa Rica

Era febrero de 1995 cuando me notificaron que había sido seleccionado para realizar un postgrado en la ciudad de San José de Costa Rica. Por parte de El Salvador estaríamos 4 salvadoreños, incluyendo un compañero de oficina. El curso estaba programado para 3 meses. En mi casa, mi esposa se alegró y pues consideraba que iba a ser una experiencia fascinante y a la cual le podría sacar provecho desde el punto de vista sexual y poder sacar mi otra personalidad en un país bastante liberal en el tema sexual.

Si bien por ese año, tenía muy poca o digamos casi ninguna experiencia sexual con otros hombres, si ya tenía claro que me gustaba ser pasivo y el pensar que íbamos a compartir cuartos con otros asistentes del área centroamericana al diplomado, me llenaba de entusiasmo.

Se llegó el día de partida y en el aeropuerto, nos esperaba un microbús que antes de llevarnos al pequeño Apartahotel cerca de la Universidad Nacional, nos dio un paseo por la ciudad y nos daba indicaciones de que lugares no visitar por precaución.

El cuarto en el que me ubicaron con otros 3 asistentes, tenía dos habitaciones, su refrigeradora, cocina y un pequeño comedor; es decir que era un apartamento completo. La habitación que me asignaron era compartida con otro compañero y en el mismo cuarto pero en otra habitación ubicaron a otros dos asistentes al curso; es decir que en el mismo cuarto dormíamos 4 personas.

La primera semana fue de conocernos y familiarizarnos. Ligero nos caímos bien con un nicaragüense de nombre Armando y un hondureño. Con el Nicaragüense nos caímos de maravillas, al grado que casi siempre andábamos juntos y como sospecharan, fue uno de mis amantes y les adelanto que dadas ciertas circunstancias, debo decirles que también fui poseído por 2 de los 3 salvadoreños y el detalle de cada una de esas relaciones es lo que llamo “mi inolvidable experiencia sexual en Costa Rica”.

Pero, ¿Cómo sucedieron las cosas?: Como les decía, al estar en el mismo cuarto con el Nicaragüense, las cosas fueron como más naturales, se daba el caso que generalmente salíamos a departir bien seguido un par de cervezas y pues como al mes de estar conviviendo, una noche en que no estaba ningún de los otros 2 compañeros y dado que llegamos con nuestros tragos, yo le dije “dame unos minutos en lo que me baño para que sigamos tomándonos un par de cervezas” (en el cuarto contábamos con una refrigeradora y habíamos llevado varias cervezas), a lo cual me dijo, entonces me voy a tu habitación para ver la televisión acostado. Estando los dos en mi habitación, con toda naturalidad me quité la ropa y me quedé completamente desnudo y agarré la toalla, la cual no la utilice para cubrirme sino que me la puse en el hombro. De reojo, noté como Armando se llevó la mano a su miembro y se lo apretó.

Me metí al baño, hice mis necesidades y luego me duche y como un presentimiento hasta me metí un dedo en mi ano para sacar cualquier suciedad que pudiese haberme quedado y a la vez darle cierta dilatación.

Salí del baño y con naturalidad tire la toalla en mi cama. Mi pene estaba totalmente escondido (flácido). Me dirigí a mi maletín a buscar una calzoneta que ponerme, por lo que me incline mostrándole mis nalgas a Armando y haciéndome como que no encontraba que ponerme, a los segundos de estarle mostrando mis nalgas, él me dijo “creo que me voy a dar un duchazo también” a lo que le respondí que estaba bien y comenzó a quitarse la ropa. Wow cuando quedó en pelotas, tenía su verga super tiesa, tenía una extensión de unos 15 centímetros aproximadamente y un grosor aceptable. Su glande estaba destapado y era de un color rosado. Hermosa su verga.

Al verlo completamente desnudo y con su mástil parado, le pregunté el porqué estaba tan excitado y él con toda naturalidad me dijo “Te voy a ser sincero, desde que venimos a Costa Rica, no he tenido ninguna relación sexual y solo me he masturbado un par de veces y a un mes de estar acá, te podes imaginar el verte tus nalgas, como me has puesto”. Me eché a reír y no sé ni cómo me salió la expresión, pero le dije “Falta de confianza tu” y con la misma me le acerque y le agarré la verga, agachándome instintivamente para degustarla. Mi lengua se posó inicialmente en su cabeza, la chupe, la goce e iba de arriba abajo. El me acariciaba mi cabeza y me decía que le estaba haciendo una chupada estupenda. Me metí su verga completa en mi boca y el empezó a meterla y sacarla como si mi boca fuese una vagina, a los pocos minutos me dijo que me acostará y que me pusiera en 4 patas. Yo ya estaba deseando que me penetrara pero antes de eso, llevo sus labios a mi ano y me dio un beso en el mero hoyo. Saco su lengua y me hizo ver estrellas, pasaba su lengua de un lado a otro de mi raya hasta que finalmente le dije que me penetrara que ya no podía más, que quería ser suya.

Con mis suplicas, Armando poso sus manos en mi cintura y puso la cabeza de su verga en mi ano, yo se la agarre y le dije que para acostumbrarme a su verga, primero solo me metiera su cabeza, mi papi fue complaciente conmigo y me dejo por unos segundos su cabeza a la entrada de mi caverna. Luego le dije que siguiera y yo empecé a moverme, el me metió el resto del tronco y yo solo gemía y le decía, ya es tuyo papi, dale, dale y le rogaba me diera de nalgadas, lo cual hizo y me decía que de ahora en adelante iba a ser su puta. Que lo complaciera y le dije que si, que eso era lo que más deseaba, ser su puta por todo el tiempo que faltaba para terminar el curso.

Después de estarme dando por el culo de forma placentera, me pidió que me acostara que me quería pisar como si se tratara de una mujer. Me acosté y me llevó mis piernas a sus hombros, me metió nuevamente su verga y sentía como nuevamente sus huevos pegaban contra mis nalgas. Yo estaba desenfrenada y le pedí que me mamara mis tetitas, las cuales son como pechitos de niña recién entrada a la pubertad. Me las chupo y luego paso a mi boca y nos besamos con tanta pasión que en ese instante se vino completamente adentro de mi culo y yo le pedía más. Quedo sobre mi cuerpo y yo le cruce mis piernas por sobre su espalda y lo mantuve abrazado por unos minutos.

Armando me dio un beso y se levantó. Me dijo que nunca hubiese esperado esa experiencia. Su primera experiencia y me dijo lo más bello “¿queres seguir siendo mi mujer mientras estemos juntos?”, a lo cual respondí “siempre mi amor, siempre”. Desde ese momento, siempre que podíamos y nos encontrábamos solos en el cuarto, teníamos sexo y desde ese momento en adelante le pedí que en la intimidad me tratara como su puta.

No podía imaginarme lo que me esperaba más adelante. Resulta que se llegó la época de la semana santa, por lo que nos suspendieron toda actividad y nos dijeron que si queríamos podíamos ir a nuestros países ya que contábamos con una semana de descanso. Casi todo mundo se fue, de mi cuarto solo quedé yo, por lo que la noche antes de irse Armando, no pudimos despedirnos como se debía ya que todos estaban en la preparación de sus maletas. Por fortuna, otro de los salvadoreños de nombre Juan Carlos, también se quedó y cuando estábamos despidiendo a los compañeros, me dijo “si queres salgamos hoy en la noche al centro de San José y nos tomamos unas cervezas”, a lo cual le respondí “pues claro, de todas maneras no tenemos nada más que hacer”

Como a las 6 de la tarde de ese día, Juan Carlos toca a mi puerta y lo hago pasar. Le digo que se siente a ver la televisión en lo que termino de vestirme. Al cabo de un rato, vamos saliendo y tomamos el autobús que para enfrente del apartahotel. Llegamos a un bar bien grande y nos sentamos en una mesa bastante apartada y empezamos a tomar cerveza. Ya luego de estar tomando y hablando de todo un poco, Juan Carlos me sorprende con una conversación cuando me dice “mira vos, no te vayas a molestar, pero yo veo que vos y Armando solo juntos andan y hoy que se despidieron si casi faltó que se dieran un beso” y se puso a reír, yo sin preocuparme le dije “si verdad” y me puse a reír también y luego me dice “si ya parecían marido y mujer” a lo que le respondí “y vos celoso”, ante eso me dijo “¿y quién es la mujer de los dos” a lo que nuevamente le evadí diciéndole “¿adivina?” y hasta ahí llegamos con esa conversación.

Ya como a las 10 de la noche Juan Carlos me dice “fijate que me han dicho que por aquí cerca hay un lugar donde hay unas chicas bien bonitas, vamos?” y pues le digo “vamos, pero que consté, yo no tengo interés en las chicas”. Llegamos al lugar y nos sentamos en la barra y al rato se nos acercaron dos chicas pero sacadas de una revista de modelos. Juan Carlos entusiasmado y ya bastante tomado le dice a la que se sentó a la par de él, ¿Cuánto pides por un rato? Y la chica le dice “cien” y Juan Carlos con los ojos como diciendo ya me la comí le pregunta nuevamente ¿cien colones? (colones ticos) y ella le dice “no cariño, cien dólares” y en ese momento Juan Carlos se voltea hacía mi y me dice “esta me quiere dejar sin comer toda la semana” y agrega “tomémonos esta cerveza y nos vamos a la chingada” (al apartahotel). Llegamos al cuarto y le digo “si queres más cerveza, ahí tengo un six pack en la refrigeradora”, sin más ni más entra conmigo al cuarto y le sirvo la cerveza y le digo “espérame mientras me pongo cómodo”. Salgo luego con una bata y sin nada debajo y me siento junto a él y le pregunto ¿de veras querías tener sexo con esa chica?, y me responde, “claro que sí, ando que reviento por echarme un culo” y le digo “¿sabes guardar un secreto?” y me dice con cerveza en mano “me extraña, cualquier cosa que me digas queda entre nosotros”, con lo cual yo algo excitado y deseando entregarme a él le digo “te recordas que hoy temprano en el bar estuvimos hablando de mi amistad con Armando y entre bromas me dijiste que si éramos marido y mujer”, “si claro, es que los veo muy juntos”, “pues sí, tenemos una relación y yo soy su mujer” y le agregué “¿queres que ahora que no está él, satisfaga tu deseo?”.

Por respuesta Juan Carlos puso la cerveza en el suelo y se paró, me tomó de la quijada y me dio un beso fuerte, apasionado, lo abrace o traté de abrazarlo pues era un hombre corpulento, alto, como de 1.80 de estatura, ojos claros, piel blanca, en pocas palabras todo un semental. Me separo suavemente y me dijo “no me lo vas a creer, pero hay algo en ti que te hace deseable y desde que te vi muy junto con Armando, me dieron grandes deseos de poseerte”, a lo que le respondí “entonces depende de ti que de ahora en adelante sea tu mujer y la de Armando, pero es un secreto que debemos de guardar tu y yo, pues no quiero que Armando se entere”. Sin decir palabra, me soltó la bata y dejó al descubierto mis pechitos, los empezó a acariciar y se agachó para chupármelos. En ese momento yo ya no tenía control de mi y le decía de todo “papi rico, dale, chupale tus tetas, son tuyas papi, acaríciame las nalgas” y le quite su camisa, desabroche su pantalón y lo dejé desnudo tal cual ya él me tenía a mi.

Me di la media vuelta para que con su verga ya totalmente tiesa rozara mis nalgas, las cuales me abrí para atrapar su pija entre ellas, mientras el me besaba mi cuello, mordía mis orejas y me apretaba mis tetas. Con lo caliente que andaba Juan Carlos, no dejó que le chupara la verga, sino que me puso en cuatro patas en el sillón en el que estaba sentado y se puso saliva en la punta de su verga, me abrió las nalgas y dejó ir su primera estocada, la cual reprimió ante mi grito y decirle que me la metiera de a poco. Ya cuando la tenía totalmente adentro, ahora le suplique que me culiara con todo su ser, que era su puta y que como tal me destrozara el culo. Sentía como sus huevos pegaban contra mis nalgas, yo me movía a manera de que él se sintiera satisfecho. Me tocaba mi vulva, pues mi pequeño clítoris lo tenía yo con mi mano derecha para que él no lo sintiera. Como estaba tomado, pasamos casi media hora en el mete y saca y de repente exploto adentro mío y le dije “gracias amor, por hacerme tuya”. Nos quedamos abrazados y yo apoyé mi cabeza sobre su hombro y así nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente, Juan Carlos me despertó y me dijo que se iba a bañar, entramos los dos al baño y le dije que yo lo quería bañar, no se negó y pasándole el jabón por su cuerpo, su verga reaccionó y la tomé suavemente con mis manos, la limpie bien y luego le quité el jabón para llevármela a la boca, la chupaba una y otra vez y no creía que eso me estaba pasando a mi. Juan Carlos me decía que de ahora en adelante sería su puta compartida. Me levantó y me puso de espaldas a su verga, yo abrí mis nalgas y él me empezó a meter esa verga hermosa, se oía como con el agua sus huevos pegaban en mi culo. Me acariciaba mis tetas y me decía que toda la semana iba a ser suya. Cuando estaba por terminar, me pegó una buena nalgada y me dijo “estas bien rica mamacita, toma tu leche” y se corrió adentro mío. Terminamos de bañarnos, lo seque en todo su cuerpo y le dije que le iba a preparar desayuno.

Toda esa semana, le pertenecí a Juan Carlos y todas las noches antes de dormirnos me pisaba. Qué semana más hermosa la que viví. Luego cuando todos regresaron de sus vacaciones y Armando volvió para ser nuevamente mi marido oficial, nos la ingeniábamos con Juan Carlos para que por lo menos una vez por semana fuera su puta.

Finalmente les cuento como Antonio mi compañero de trabajo, sin yo premeditarlo me hizo suya. Resulta que ya a falta de un mes para terminar el curso, a los organizadores se les ocurrió hacer un partido de futbol, del cual yo casi nunca lo he practicado, pero como la cuestión era compartir entre todos, resulta que a medio juego, me dio un dolor muscular a la altura de la ingle y dejé de jugar. Se termino el partido y luego nos fuimos a tomar unas cervezas en el bar del club adonde habíamos ido. Como no podía caminar por el dolor que me había provocado, Antonio se ofreció a ser mi monaguillo. Todos estaban bien alegres y no querían irse del lugar, entonces yo les dije que me iba, porque no me sentía cómodo con el dolor en la entre pierna. Antonio me dijo que se iba conmigo y cuando me subió a la habitación, me dijo que me iba a poner hielo en la entrepierna para que me ayudara con el dolor. Me dijo que me acostara en la cama y sobre un pañuelo puso el hielo y comenzó a frotármelo.

Sin un mal pensamiento de mi parte y por tratarse de un compañero de oficina, no le insinuaba nada y le dije, si quieres me doy vuelta para que me pases el hielo por la parte de atrás y él me dijo “si ponte de espaldas y quítate la calzoneta para aplicártelo mejor. Me quite la calzoneta y le dejé mis nalgas a su vista, me dijo que separar mis piernas y así lo hice. Comenzó a frotarme el hielo y de repente sentí como con una mano me acaricio las nalgas y le dije sonriendo “no me sobes las nalgas que ahí no me duele” y él me respondió, “discúlpame es que no pude evitarlo, es que las tenes bien paraditas”, ambos nos pusimos a reír y le dije “okey, no te preocupes y si lo deseas, puedes continuar acariciándolas”. No obtuve una respuesta, sino que solo sentí como su mano suave volvía a acariciar mis nalgas y lo que hice fue ponerme una almohada en mi vulva para que mis nalgas se levantaran.

No podía creer que estaba a punto de entregármele a Antonio, mi tercer hombre. Me inundaron los temores de que él pudiera ser imprudente y delatar mi homosexualidad ante los compañeros de oficina, por lo que le dije “Antonio, espero que esto solo quede entre nosotros” y el me respondió “no te preocupes que nadie más lo sabrá”. De repente sentí sus tibios labios rosando mis nalgas, un cálido beso y sin verlo, sentí como su verga se posaba en mi ano, presagio inequívoco que estaba a punto de penetrarme. Me la metió y me dijo “te gusta”, le respondí con un tímido “si” luego le dije “empújala toda y me la dejó ir, me estaba pisando quien nunca imagine que sería mi marido por 3 largos años, hasta que se retiro de la empresa para irse a los Estados Unidos. Pero esa historia de mi relación con Antonio, se las contaré en otro relato.

Le dije que se apurará pues no fuera a ser que llegaran los demás compañeros, por lo que cuando terminó me preguntó “¿queres que sigamos teniendo estas relaciones?, me gustas y quisiera ser tu marido cuando estemos en El Salvador”, le dije que por mi parte no había problema, pues no tenía a nadie en ese momento, pero que debíamos ser cautelosos por mi esposa. Me dio un beso y me dijo que si y salió de mi habitación.

No sé cómo, pero me las ingenie para ser la mujer de tres hombres a la misma vez, a tal grado que un sábado antes de finalizar el curso, los tres me pisaron en horas distintas por supuesto. Claro que ninguno de los 3 se dio cuenta de ello, a tal grado que Antonio me ha hablado un par de veces desde Estados Unidos y siempre  me dice ¿Cómo esta mi mujer?.

Esta es mi inolvidable experiencia en la bella Costa Rica.

Besos de: Vanessa Jazmin.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Mi experiencia sexual en el sauna

A mis 45 años, jamás había ido a un sauna e incluso ni sabía que era en realidad. Una vez pasé por uno de ellos y mi esposa me dijo “mira, a este sauna deberías de venir para relajarte” y le respondí que tal vez un fin de semana me iba ella a dejar.

Así fue como al siguiente sábado, ella me dejó en el sauna que está como a kilometro y medio de mi casa y me dijo “ahí en el maletín te puse unas pantuflas y un taparrabo que te compré” y me despidió de beso, diciéndome que regresaba por mi a las 2 de la tarde. Entré a la recepción y me anote en una lista y me dieron dos grandes toallas blancas. Pase al área de locker (casillero para guardar mi ropa) y me desnude por completo y me puse mi taparrabo nuevo que me gustó porque parecía una minifalda y el traslape era bien pequeño, que al caminar se me veía la pierna.

Antes de proseguir, déjenme contarles que soy bisexual pasivo, tengo mi hogar e hijos adultos y cuando mis hormonas femeninas se me alteran, deseo tener a un hombre para entregármele. Me gusta usar ropa intima femenina, sobre todo hilos dentales y tangas. Sencillamente me fascina sentir el roce entre mis nalgas del hilo y esa sensación riquísima al caminar. Ropa femenina casi no uso por falta de privacidad, pero si me gusta sentirme como una putita J. He tenido solo 2 hombres en mi vida por un buen tiempo, aunque uno que otro desliz una docena de veces. Me encanta que los travestis también me cojan.

Volviendo al tema de este relato, cuando iba a entrar al área del sauna, me topé con dos puertas de vidrio en donde en una decía “sauna finlandés” y en la otra “sauna turco”, como era mi primera vez, no sabía a cual entrar, pero un señor alto, casi de dos metros, de unos 60 a 65 años de edad y algo gordo, me señaló el sauna turco, entré y detrás mío iba el señor. Pasaron unos segundos para que me acostumbrar al denso vapor que estaba en ese momento. Me senté en una banca y el señor se sentó enfrente de mí. Resulta que cuando ya pude distinguir bien su cuerpo, perfectamente vi que se había hecho de lado la gran toalla que le cubría de la cintura para abajo y se estaba acariciando las piernas y pasaba a los testículos para luego sobarse su pene, y vaya que pene, es el pene real más grande que he visto en mi vida con mis propios ojos, tenía un largo de más de 20 centímetros, 25 diría y un grosor descomunal.

Después de un par de minutos de observarlo acariciarse sus órganos genitales, me atreví a tratar de entablar conversación con él y le pregunté si visitaba seguido el lugar, a lo que me respondió en un español casi balbuceando, que no hablaba español, claro, su pinta era de extranjero y ya no pudimos conversar; sin embargo, para que hablar si lo importante era verle su hermosa verga.

Luego de ese intento de charla, lo que hice fue subir una de mis piernas a la banca en donde estaba sentado, con lo cual, mi taparrabo se hizo de lado y parte de mis nalgas quedaron a la vista de mi acompañante en el sauna. Al estarle viendo como su verga estaba entre dura y aguada y que era de tamaño descomunal, no sé de donde obtuve valor y me levanté como para ir a los baños y como el señor estaba en camino a la puerta de salida, a pesar de que supuestamente no me entendía le dije “que hermosa es su verga” y con la misma, se la agarre de en medio del tronco y me agache a darle un beso en el glande, luego de eso me salí a duchar, pues estaba más que excitado. Me quede un rato en las duchas y al pensar que el señor no había hecho ni dicho nada que demostrara su rechazo, volví al cuarto de la sauna ya más decidido.

Para mi fortuna, cuando entré, ya el señor estaba sentado en la banca donde yo estaba, por lo que me senté a la par de él y él muy tranquilamente agarró mi mano derecha y me la llevo a su verga, yo comencé a acariciarla, subir mi mano de arriba abajo, le acaricie sus testículos y él trató de hacer lo mismo con mi pene, pero mi penecito, mi clítoris como le digo de cariño, estaba totalmente flácido a tal grado que parecía más realmente una chorcha o los labios mayores, por lo que bajo su mano a buscar mi ano. Al ver su intención, subí una de mis piernas y busque a sentarme más a la orilla de la banca para dejarle a su disposición mi culito. Como todo un experto, llevó su dedo de en medio directamente a mi ano y vaya que dedo, grande y grueso como su pija (pene), me lo pasaba por la orilla del ano y por el mismo sudor que tenía, lo introdujo suavemente hasta la mitad y yo extasiado, me fui con mi boca a su verga, créanlo o no, me fue imposible meterme más allá de la mitad de ese monstruo, lo acariciaba como niño con juguete nuevo, pasaba mi lengua por todo su tronco y terminaba lamiendo sus huevos o testículos.

Así pasamos por varios minutos que por suerte, nadie entró a estorbarnos y cuando acordé, solo sentí sus gemidos y me agarró la cabeza para que me tragara todo su mástil, presagio que estaba por tirarme todo su semen, el cual a los pocos segundos inundaba mi boca, lo trague como niño que toma su leche y pasado su éxtasis, salí del sauna, me fui a las duchas, me masturbe y me fui a cambiar, pues de pronto me entró un temor a que alguien entrara y viera mi forma de ser.

Llamé a mi esposa para que me fuera a recoger y cuando íbamos para la casa, me dijo “te gustó” y por respuesta le dije “claro que me gustó, vendré más seguido para votar el stress”.

A la siguiente semana, preferí ir el viernes, ya que el sábado anterior, no había visto mayor asistencia, aunque cuando me retiré, estaban llegando dos personas más. Lo que pasó el viernes, fue mi máxima fantasía vivida. Llegué, me quede desnudo y me puse mi taparrabo. Baje a la zona de los saunas y para conocer el baño finlandés, entré y mi sorpresa fue ver como a 7 personas, de las cuales, todos se estaban masturbando, me senté y por instinto, me empecé a acariciar mis partes, pero igual solo estaba excitado pero no se me paraba mi cosita. De repente uno de los visitantes, se paro y se inclinó para chuparle la verga a su pareja que estaba cerca, quedándose completamente desnudo y en posición de torito.

Mi sorpresa fue mayor (ya que era mi primera vez digamos en una orgía) cuando dejó de chuparle la verga a su amigo y dijo “el que quiera penetrarme, que haga cola”. Ante esa invitación, uno que se notaba que era gay, se le acerco y pegándole una nalgada le dijo “tragona” y luego otro si se acerco y comenzó a culiarlo. Fue excitante ver cómo le metía la verga y se movía con un mete y saca y le daba sus nalgadas. Los demás en respuesta se excitaron aún más y seguían masturbándose, lo cual aproveché para decirle al que estaba cerca de mi si me permitía chupársela, en respuesta me agarró la cabeza y me la llevo a su verga, estaba completamente parada, normalita, lo cual era perfecto para hacerle un oral profundo. Ya en ese momento me olvido de mi alrededor y me dedique a mi hombre, le chupaba la cabeza como si fuera un sorbete, me la metía de a poco hasta mi garganta mientras que con mis manos le acariciaba los huevos y al rato sentí como me llenaba la boca de ese semen tan rico, caliente y espeso. Salí a las duchas y comencé a meterme un dedo en mi culo hasta hacerme terminar con la otra mano. Aún no me animaba a que me penetraran, a ofrecer mi culito para ser destrozado por cualquiera de las vergas presentes. Una vez duchado, subí a cambiarme y luego de cancelar, me fui a mi casa, dándole gracias a mi esposa por permitirme tomar esos descansos.

Dejé pasar cierto tiempo de ir al sauna y luego, un sábado, me animé a ir, pues sentía mis hormonas femeninas bien alteradas. Llegué como a las 12 del mediodía y al entrar al sauna, distinguí que había alguien, entré y lo salude, cruzamos unas palabras. Dejé pasar unos minutos y luego extendía una de las toallas en la banca y me recosté pero a propósito con las nalgas para arriba y mi taparrabo me lo quite y me lo puse en la cabeza tipo almohada. Respingue mis nalgas como invitándolo a que las acariciara, lo cual dio su resultado.

Estando yo en posición de disponible, se me acercó y me dijo que si quería un masaje, a lo cual le respondí que si lo deseaba, me lo hiciera. Llevó sus manos a mi espalda, subía a mis hombros y luego bajaba y con cada subida y bajada, llegaba cada vez a mi colita y a los pocos segundos, ya acariciaba con sus manos mis nalgas, me abrió las piernas suavemente y mis nalgas dejaban a su disposición mi ano. El pasaba sus dedos por mi raya y de pronto me estaba metiendo un dedo, yo culiaba y me movía y cuando ya me tenía al borde de la locura, le pedí que me la metiera, le dije “hazme tuya, quiero ser penetrado”. Se subió encima de mí y como ambos estábamos sudados por completo, no hizo ningún esfuerzo para meterme su verga, me agarró con locura, sacaba y metía su verga como si en una vagina estuviera metiéndola, yo le decía, dale, dale, dale, que rico se siente, dale papi dale papi, soy tuya. Como a los 10 minutos, solo oí unos espasmos y sentí como mi culo se llenaba de leche. En mi calentura, no le había pedido que se protegiera, me levante y gotas de semen caían de mi culo, me masturbe y en fracción de segundos terminé.

Salí del sauna y me dirigí a tomarme un par de cervezas, las cuales vendían en una zona del mismo lugar destinado como bar. Luego mi hombre, se fue a acompañarme y me dijo que haber cuando volvíamos a hacerlo, a lo cual le respondí que cuando él quisiera, que solo era de ponernos de acuerdo.

Las visitas al sauna, se prolongaron por un par de años en forma ocasional y siempre salí satisfecha del lugar, pues siempre había alguien dispuesto a complacer mi lado femenino.

Sigan leyendo mis relatos y dejen sus comentarios que me fascina leerlos y responderles.

Besos de: Vanessa Jazmin.